Dicen por ahí que estamos ante una nueva edad de oro en lo que a nuestra afición se refiere. No sé si será verdad o no, pero a nivel personal difícilmente me puedo quejar. Una buena muestra de ello es que ya con cierta edad --sumadle niños y otras responsabilidades familiares--, seguimos pudiendo disfrutar de nuestra quedada anual (¡y van cinco!).
Por encima de jugar unas buenas partidas en una mesa de verdad, poder dedicar todo un fin de semana a pasar tiempo con tus amigos de toda la vida es simplemente un lujo. Uno que creo que es especialmente importante atesorar, y que cobra incluso más importancia con el devenir de los años. Algo que recomiendo fervientemente como remedio contra todos los males de nuestro tiempo. A fin de cuentas, si un médico homeopático puede recetarte una mierda azucarada ¿por qué no voy yo a poder hacer algo similar? sobretodo teniendo en cuenta que los dos métodos comparten la misma base científica. Y para terminar de cumplir con la tradición, aquí llega la reseña que debe dejar constancia de la proeza lograda por nuestros estómagos. Vamos al lío.
Por encima de jugar unas buenas partidas en una mesa de verdad, poder dedicar todo un fin de semana a pasar tiempo con tus amigos de toda la vida es simplemente un lujo. Uno que creo que es especialmente importante atesorar, y que cobra incluso más importancia con el devenir de los años. Algo que recomiendo fervientemente como remedio contra todos los males de nuestro tiempo. A fin de cuentas, si un médico homeopático puede recetarte una mierda azucarada ¿por qué no voy yo a poder hacer algo similar? sobretodo teniendo en cuenta que los dos métodos comparten la misma base científica. Y para terminar de cumplir con la tradición, aquí llega la reseña que debe dejar constancia de la proeza lograda por nuestros estómagos. Vamos al lío.
El lugar
Los más aventureros del grupo querían este año organizar una salida al monte el sábado por la mañana ¡habráse visto! ya metemos hasta actividades deportivas. Eso nos obligó a buscar un nuevo lugar. El elegido fue una casa rural en las cercanías del Mondúver, en las inmediaciones de Gandia. La casa en cuestión es una remodelación de un antiguo monasterio cisterciense, por lo que la cosa pedía partida de Aquelarre. Como este año no ha podido ser, tendremos que volver el año que viene para subsanar la falta. No nos costará mucho puesto que la casa cuenta con un comedor muy amplio y una mesa de esas hechas para durar toda la vida.
Una mesa de las que dan gusto |
Los asistentes y la llegada: las primeras horas.
Ojalá pudiera decir que este año nos hemos juntado todo el grupo al completo, pero una vez más no ha podido ser. Al menos hemos recuperado a alguna de las ausencias significativas del año pasado, y el sábado incluso llegamos a ser seis. Sin duda es un avance con respecto al año anterior, y solo espero que sea un adelanto de lo que lograremos el año que viene. La esperanza es lo último que se pierde.
Esta año, además, nos juntamos todos el viernes un poco antes de cenar. Otra pequeña mejora con respecto al año anterior. Lo que no cambia es empezar con una buena cena, sobretodo por la compañía, ya que las tapas del lugar elegido dejaron un poco que desear.
Esta año, además, nos juntamos todos el viernes un poco antes de cenar. Otra pequeña mejora con respecto al año anterior. Lo que no cambia es empezar con una buena cena, sobretodo por la compañía, ya que las tapas del lugar elegido dejaron un poco que desear.
Las partidas
Tras la cena y el café de rigor llegó la hora de meternos en harina. Este año me tocó iniciar las partidas con un nuevo "one-shot" de Savage Worlds. El grupo ya me había dicho que tenía ganas de jugar a la Liga de los Hombres Extraordinarios Años 80, pero como la aventura que podrán encontrar en el enlace no es muy de mi agrado, preparé una más de mi gusto titulada "The Gauntlet". A ver si encuentro un poco de tiempo y la subo como descarga.
La premisa era sencilla, cuatro personajes icónicos de los 80 son reclutados por el gobierno para investigar asuntos extraños en suelo americano. En concreto, la aparición de una especie de perro zombi en una ciudad del centro oeste llamada Raccoon City. No creo que haga falta contar mucho más. A grandes rasgos la partida fue bien. Uno de los jugadores no había probado nunca el sistema pero se cogió sin problemas.
Uno de los agentes de The Gauntlet |
Bichaco gordo al final del pasillo. Nada que una buena UZI no pueda remediar |
La única pega es que la aventura cuenta con un final "falso" antes del climas definitivo y los jugadores se quedaron en ese primer final sin saber muy bien como continuar. Lamentablemente no me quedó más remedio que cerrar la partida en ese punto. Una lastima --solo achacable a mi falta de pericia-- puesto que creo que a nadie le hubiera importando jugar un poquito más ¿el primer caso de roleo interruptus? lo achacaremos a la edad.
2. Heroquest
Sí, han leido bien, Heroquest. Como decía al principio, la idea para el sábado por la mañana era que una parte del grupo hiciera una salida a la montaña mientras otros nos quedábamos a almorzar, compartir alguna cerveza y darle duro a algún juego de mesa. Una tortura, como pueden ver. Al final el grupo montañero no se coordinó muy bien y a la hora del almuerzo ya estábamos todos reunidos. Así que almorzamos, y como el Battletech se nos hizo muy cuesta arriba, sacamos el viejo Heroquest.
Hay todo un mundo ahí fuera |
¿Puedo decir que solo siento lástima por los que piensan que este juego ha envejecido mal? Me lo pasé tan bien como cuando jugábamos en los 90. No me importaría repetir el año que viene. Ni Dioni ni su infame Heroquest 25 aniversario han conseguido arruinar las sensaciones que este juego me producen. Alabado sea Morcar.
Uno de los grandes. Casi treinta años después aún sigue dando guerra |
Y así, sin casi darnos cuenta, se nos hizo la hora de comer. Porque sí, si está quedada va de algo, no es de pasar hambre. Teníamos encargada una "paella" (malditos alicantinos con su pelota y su pimiento) de la que dimos buena cuenta, tal y como atestiguan las siguientes fotos. He de decir que contamos con la ayuda de Oscar, que se quedaría con nosotros hasta pasada la cena.
Los alicantinos le llaman paella a todo. Sí, me encantan los flames. |
Si podemos enfrentarnos a dragones, también a paellas con pimiento y pelota |
3. La Leyenda de los Cinco Anillos
El sábado por la tarde tomó el relevo en la dirección nuestro querido "Meso". El gran maestro de las partidas cabronas donde los jugadores terminan a tortas entre ellos. Para este año preparó un nuevo juego nunca antes catado por nosotros: La Leyenda de los Cinco Anillos. Como todo nuevo juego, dedicamos un poco de tiempo a conocer la ambientación. Mi mente simplona la resume como "Vampiro con Katanas". Un juicio que seguro no le hace justicia, pero no doy para más.
Parece una partida inocente, pero con el Meso nada es inocente |
La partida comenzó en la corte del clan Cangrejo. El señor del clan nos encargó --no sé en que estaría pensando-- que investigaremos los posibles trapos sucios al rededor del futuro casamiento de uno de sus capitanes más valiosos con una Fenix. Una partida que nos hizo descubrir la fina tortura que representa una avalancha de nombres pseudo-japoneses sin fin. Y es que en algún momento pensamos en hacernos el seppuku ante la dificultad de seguir la trama entre tanto nombre parecido. Pero como somos aguerridos aventureros sobrevivimos destapando una trama para arruinar el honor del general Cangrejo, llevándonos por delante la boda, eso sí.
Moverse entre los entresijos de la corte da hambre, así que dejamos en pausa la partida y nos fuimos a cenar. Repetimos en el mismo lugar que la noche anterior, pero esta vez ya íbamos resabiados: nada de tapas. En su lugar encargamos una buena "torrá" y un poco de careta a la brasa. Espectacular.
Con el estómago lleno --basicamente el estado en el que estuvo durante todo el fin de semana-- nos despedimos de Oscar y volvimos a enfundarnos en nuestras armaduras de Samurai. Poco más que decir. Me gustó la experiencia y no me importaría repetir. De hecho la aventura consta de tres actos y el último se nos quedó pendiente. Una gran oportunidad para organizar una noche de cena y partida. Por excusas que no quede.
4. El Señor de los Anillos (SDLA)
Y así llegamos al domingo. Lo bueno de respetar un cierto horario el sábado por la noche (nos retiramos a las 2 AM) es que la partida del domingo no sufre de jugadores con síndrome de falta de sueño. Todo un acierto, ya que permite disfrutar de todo el fin de semana y no perjudica a quien ha dedicado un tiempo precioso a preparar la última de las partidas. En este caso +Lassar Layam ¡y nada menos que a nuestro querido MERP!
Casi se me caen las lágrimas al ver mi querido libro rojo una vez más sobre la mesa de juego. Muchos dirán que el Anillo Unico es una representación más fiel del mundo de Tolkien. No lo dudo, pero esa no es mi Tierra Media. A la porra con el mundo de Tolkien. Aunque me tachen de hereje mi Tierra Media es la de los módulos de ICE/JOC, la que he recorrido durante años. No en vano no leí las novelas hasta tiempo después de poseer el juego.
¡Me encanta el olor a crítico por la mañana! |
Para la ocasión +Lassar Layam preparó un despliegue de medios que dejó lo que habíamos preparado los demás a la altura del betún. Menudo crack. Losetas, miniaturas, muros, puertas, etc. No faltó de nada (ni siquiera un buen almuerzo a base de fuet de la zona). De esta guisa nuestros personajes de toda la vida volvieron otra vez a la vida para explorar las ruinas de la biblioteca de Annúminas. Lo disfruté como un enano.
Va a ser muy difícil igualar este despliegue de medios |
Clausura
Pero como todas las cosas buenas, la quedada del 2017 también llegó a su fin. A eso de las 3 PM recogimos y emprendimos la vuelta a casa. No sé los demás, pero en mi caso no comí y apenas pude cenar un yogurt. Un pequeño precio para un fin de semana de diez. El año que viene más y mejor.
Genial. Deseando que llegue la próxima... y habrá que hacer ayuno antes y después de ese finde... Jajajaja
ResponderEliminarSí, ¡yo también estoy pensando ya en las que vienen! :D
EliminarQue maravilla!
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