Desde La Torre de Ébano nos proponen una nueva edición del desafío de los 30 días para este mes. En esta ocasión volvemos a los inicios, con preguntas relacionadas con nuestras vivencias y opiniones. En su día, la primera edición me sirvió de acicate para comenzar este blog. Así que no se me ocurre mejor forma de celebrar el cuarto año del blog que participando. Vamos allá.
Librojuegos, ¿te iniciaste con ellos?
Sí. No es que me iniciara con ellos a los juegos de rol, es que me inicié con ellos en la lectura. Recuerdo perfectamente como mis padres se unieron al Círculo de Lectores y como un buen día aparecieron dos libros de la mítica Elige tu propia aventura en mi casa. Supongo que convencieron a la buena de mi madre de que era una forma casi segura de iniciar a sus hijos en la lectura, y al menos en mi caso acertaron. Aún los recuerdo con cariño: El Misterio de Chimney Rock y El Tesoro del Galeón Perdido.
Con el tiempo llegaron muchos más, y acabé con una buena colección. Pero el germen siempre estuvo ahí. Probablemente juegos de mesa como Heroquest y videojuegos como Golden Axe y Rastan Saga abonaron más el terreno. Las dos cosas en conjunto facilitaron que viera con muy buenos ojos la colección D&D Aventura y Juego, los libros azules. Y eso sí que fue mítico. Esos libros ya venían con ficha que tenías que completar y había que tirar dados para resolver ciertas situaciones. El siguiente paso era obvio y no tardé en darlo.
¿Cuáles tienes?
Varios de los libros de Elige tu propia aventura y toda la colección (18) de D&D Aventura y Juego. Los conservo como oro en paño por los recuerdos que me traen, sobretodo asociados a un buen amigo que hace tiempo que nos dejó.
¿Cuál te gusta más?
No tengo ninguna duda: El Vampiro de Ravenloft. Un librojuego basado en la mítica aventura I6 Ravenloft. No sé si se puede decir que los librojuegos fueran mi puerta de entrada a los juegos de rol, pero sí se puede decir que fueron mi entrada en D&D y en su ambientación Ravenloft.
Unas últimas notas
El paso del tiempo es cruel, y juega con nuestra memoria a su antojo. Una de las cosas buenas de este desafío es que me permite comprobar si cuatro años han alterado mi memoria. Me alegra comprobar que no ha sido así. Primero he escrito la entrada y luego la he comparado con la que escribí en su día sobre mi inicios, básicamente sigue siendo la misma historia :).
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