En nuestra última sesión los Vengadores de Boccob lograron por fin su primera victoria al rescatar a Jessil de las garras del bandido Talhar.
Vuelta a los orígenes
La entrega del bandido discurrió sin problemas. El grupo recibió la recompensa pactada por la devolución de la hija del Alcalde Mayor y por la captura de Talhar. Con dinero contante en sus saquillos nuestros aventureros se dispusieron a elegir su siguiente movimiento. Al final decidieron volver a las ruinas de Rappan Athuk, aunque esta vez irían mejor preparados. De hecho invirtieron muchas de las ganancias en adquirir equipo nuevo.
Para el viaje volvieron a hablar con el barquero que los llevó la primera vez y pactaron repetir el trato inicial aunque cambiando un poco los tiempos: 1 mo por llevarles más 5 mp por volver a los cinco y a los diez días. Si los recogía ese quinto día se llevaría 5mp más. Igual que la otra vez quedaron en partir con las primeras luces del alba. Con todo arreglado, el grupo se retiró a la posada a cenar y descansar. Y ya de paso Galiard se jugó unas monedas a los dados con el halfling Gaspar. No le fue demasiado bien y se fue algo más ligero a dormir.
A la mañana siguiente el barquero los esperaba a la hora convenida, y al medio día el grupo ya andaba por la zona cercana a las ruinas con Markus abriendo la marcha. De repente un fuerte olor nauseabundo inundó la zona, y antes de que los aventureros pudieran reaccionar, fueron cogidos por sorpresa por un grupo de hombres lagarto. Pese a que partían con desventaja, los Vengadores de Boccob ya no eran ese grupo de principiantes de la primera expedición y supieron rehacerse rápidamente. Los saurios fueron abatidos y el grupo supuso que debían de tratarse de una partida como la que vieron la primera vez internarse en las aguas más profundas del pantano.
Aumentando las precauciones, nuestros aventureros exploraron las ruinas en busca de otros peligros potenciales. Descubrieron las ruinas de un pequeño edificio al norte donde una pintada en oeridio antiguo mencionaba una entrada secreta al sur. El grupo pensó que podía tratarse del pozo cerca del edificio central, pero decidieron no explorar esa posibilidad. Descendieron directamente por las escaleras principales, pensando que así no tendrían que enfrentarse a los guardias del culto a Tánatos.
Su conjetura se mostró cierta y el grupo pudo avanzar por las cámaras llenas de guano de murciélago que se abrían en el primer nivel hacia el norte. Así llegaron hasta una sala donde varios ciempiés gigantes se retorcían entre desechos e inmundicia. Sin ganas de enfrentarse a la posibilidad de un veneno mortal, los Vengadores de Boccob se retiraron sin molestar a las criaturas.
En una habitación próxima el grupo se topó con el cadaver de un hombre lagarto. Todo parecía indicar que había muerto por la picadura de algún ser, eso y los múltiples restos de ciempiés presentes en la cámara llevó a los aventureros a suponer que los saurios los cazaban como alimento y este en concreto fue herido durante una partida de caza. Eso les convenció de que habían hecho bien esquivando a los ciempiés.
Markus revisó el resto de la habitación y su constancia se vio recompensada al encontrar una posible puerta secreta detrás de una pared enyesada y pintada. Si el grupo se había orientado bien, esa puerta debía conducir a un punto cercano al puesto de vigilancia gnoll del que tuvieron que huir en su primera incursión. ¿Estarían aún los gnolls haciendo guardia en el lugar...?
Una sesión corta, supongo que el "economirol" se llevó parte del tiempo. ¡A ver qué les pasa ahora!
ResponderEliminarEfectivamente. Digamos que fue la típica fase de "upkeep", como dicen las nuevas generaciones de jugones :)
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