Menu Principal

domingo, 20 de febrero de 2022

Leyendas de Arkham 3

Nuestros aventureros han entrado a sangre y fuego en los nuevos territorios de la corona británica. Tras un comienzo bastante comprometido, parece que al final han dado con los bandidos que buscaban. Ahora falta por descubrir si podrán rentabilizar el trabajo realizado.

Pingües beneficios

El grupo se movió a toda velocidad registrando el campamento. Tenían que asegurarse de que no quedaran más bandidos agazapados. Por suerte, no encontraron señales de más enemigos, por lo que pudieron calmarse un poco y recobrar el aliento.

Heather se dedicó a recopilar armas, que en aquella frontera maldita, podrían ser tan preciadas como el dinero contante. Mientras, Edward y James cargaron con un pesado arcón hallado en la tienda del cabecilla. Aunque estaba cerrado con candado, no les costó mucho encontrar la llave en el cuerpo del malogrado bandido. El interior estaba repleto de varias telas y enseres de mucha calidad, y en el fondo, pudieron ver una pequeña caja dorada decorada con filigranas de plata. Esa debía ser la famosa caja que les encargara recuperar Tristan Curwen. La abrieron con cuidado y encontraron una estatuilla de marfil de un ser horrible de forma insectoide y un pergamino con el lacre aún intacto. Ni que decir tiene que nuestros aventureros no se resistieron a la tentación de ver el contenido de dicho pergamino, aunque ello sólo les sirvió para descubrir un texto ininteligible escrito en algún tipo de grafía cuneiforme.

Un día después estaban de vuelta en Arkham, con suficientes pruebas para reclamar la recompensa prometida por Abel Peabody (30 libras). Quien, visto el buen hacer de nuestros aventureros, les ofreció un nuevo encargo (5 libras): remontar el Miskatonic hasta hallar la cabaña de Virgil Lutz para entregarle una carta. El encargo no parecía muy difícil, y permitía que el grupo siguiera explorando la región, así que aceptaron. Eso sí, antes de partir, se aseguraron también de cobrar lo acordado con Tristan por la devolución de la caja dorada (5 libras). Además, y tras constatar que era hombre de estudios, le revelaron también que habían encontrado cierto tomahawk y cierta máscara de búho de lo más intrigantes. Tristan se ofreció a investigar los objetos para poder tasarlos. Si eran genuinos, podía estar interesado en adquirirlos. Ya sólo quedaba pertrecharse, lo que nuestros aventureros hicieron a conciencia, adquiriendo una mula y dejando, incluso, encargo de que les trajeran dos espadas roperas.

A la mañana siguiente abandonaron Arkham en dirección noroeste. Según las indicaciones de Abel, la cabaña del cazador estaba a unos 20 kilómetros siguiendo el curso del río. Distancia que recorrieron justo antes de que cayera la noche. Hendrik y Chogan buscaron un buen sitio para acampar, si bien no les deparaba el futuro una noche tranquila. No había terminado la segunda guardia cuando un hedor a muerte y podredumbre inundó el campamento...




No hay comentarios:

Publicar un comentario