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domingo, 15 de mayo de 2022

Leyendas de Arkham 12

Continuamos con las peripecias de Edward, James, Heather, Chogan y Heindrick tras decidir, en su última sesión, dirigirse de nuevo hacia el oeste.

Sweet home

Con la decisión tomada de volver hacía Arkham, el grupo no se demoró mucho más en Kingsport. El viaje hacia el oeste transcurrió sin problemas y, salvo por una terrible tormenta que los retrasó un poco, llegaron sin imprevistos a su destino.

Convencidos de que David Lodge podría haber pasado por allí, se dedicaron a hacer preguntas con discreción, obteniendo la recompensa que buscaban. Efectivamente, un carromato había pasado hacía ya unos días y, tras hacer noche, había continuado hacia el oeste. No fue difícil para Heindrick y Chogan encontrar varias huellas de carromato que avanzaban paralelas a la margen derecha del Miskatonic. Sin embargo, esa ruta terminaba en un bosque cerrado por donde difícilmente habrían podido seguir avanzando. Lo lógico era que el carromato hubiera seguido por el valle.

Un día después, llegaron hasta la sombra de unas solitarias colinas. Alerta tras oír el lejano aullido de varios lobos, hicieron un buen fuego y se prepararon para dormir. El sol de la mañana los despertó a varios kilómetros de las colinas, hacía el sureste. Ninguno podía recordar como habían llegado hasta allí, y lo que era más desconcertante, todos compartían unas extrañas marcas en el cuello: tres punciones que formaban un triángulo.

El grupo retomó su viaje hacia el oeste, deseando esquivar las estribaciones de las colinas malditas. Aunque eso los llevó a un encuentro de lo más horripilante, pues fueron asaltados por unas criaturas con forma vaga de avispa. Dichas criaturas disponían de un armamento extraño, una especie de fusil capaz de disparar un plasma ácido. Chogan, Heindrik y Heather quedaron bloqueados por la imagen de aquellos seres, aunque por suerte se sobrepusieron con rapidez. Sabiendo que durarían poco en un combate a distancia, todos trataron de trabarse en combate cuerpo a cuerpo. Quiso la providencia que superaran en número a aquellos horribles seres, pues fue esa superioridad numérica la que terminó decantando el combate a su favor. Solo Heindrick escapó ileso. Edward se hizo con uno de aquellos rifles, pero abandonaron el lugar con rapidez, no fuera que más de aquellos seres rondasen por la zona...



 



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