viernes, 15 de junio de 2018

Diario de Campaña: Sesión 33 (atando cabos)

Sesión 33

En nuestra última sesión dejamos a nuestros aventureros huyendo por las alcantarillas de la ciudad libre de Falcongrís. Durante su investigación de la desaparición de Coran se han topado con un viejo conocido, el maestro joyero Zarik, aunque ahora es una criatura prácticamente irreconocible.

Tras orientarse con dificultades, los valientes de Volkas dan con una salida en el Barrio de la Ribera y vuelven hacia la posada del Dragón Azul. Su primer impulso es visitar a la capitana Elena para contarle todo lo acontecido, pero debido a que aún es noche cerrada y a que sus perseguidores quizás aún les pisen los talones, desestiman la idea. Ya en su habitación de la posada se hacen fuertes y aguantan lo que resta de noche. Con las primeras horas del alba salen hacia el puesto de guardia y le cuentan todo lo acontecido a Elena. Aunque la guardia de Falcongrís no tiene jurisdicción en el barrio extranjero, lo que nuestros aventureros cuentan es de tal gravedad que Elena no tiene más remedio que movilizar a la guardia y dirigirse hacía El Pozo. Pronto la incursión de la guardia se convierte en la comidilla del barrio.

Por la tarde nuestros aventureros son citados a presencia de la guardia. No solo les espera Elena, también un hombre mayor y de aspecto severo al que les presentan como Sental Nurev, el máximo responsable de la guardia. En la reunión les informan de que muchos de los sectarios han huido, aunque la guardia pudo abatir al trol gladiador que luchaba en El Pozo y encontrar los restos del pobre Coran. También han encontrado un listado de esclavos que parece han salido de la ciudad en dirección a un punto indeterminado al noroeste de Falcongrís. También encuentran la famosa gema negra con la que los aventureros se vieron envueltos por primera vez en esta trama, aunque ahora parece solo una cáscara vacía sin ninguna propiedad especial. De la criatura que una vez fue Zarik y del sacerdote de Nerull, no hay rastro.

Para empeorar las cosas, varios de los símbolos encontrados coinciden con los del colgante que Volkas tomó de los salones de Zelligar y Rogahn, y están relacionados con una secta de adoradores del Mal Elemental que tropas de Veluna, Verbobonc y Furyondia dispersaron hace diez años. Sental está seguro que esta secta es la que está detrás de todo lo acontecido, y de que también están detrás de las desapariciones en la zona de Torreón del Vado. Por ello ruega a los aventureros que investiguen si hay sectarios infiltrados en el asentamiento, y si es posible, que encuentren el lugar secreto al que han estado llevando a los desaparecidos. Es la misma misión que nuestros aventureros rechazaron con anterioridad, pero esta vez están decididos a llevarla a cabo.

En esa misma reunión también tienen la oportunidad de conocer a un viejo hechicero llamado Ahleage y a su joven aprendiz elfa Shirral. Ambos van a partir hacia Hommlet, un pequeño asentamiento en las inmediaciones del antiguo templo del Mal Elemental. Por orden del consejo de Falcongrís tratarán de averiguar si los sectarios han vuelto a anidar en su antiguo emplazamiento.

Ahleage y su aprendiz Shirral

Sental parece dar por finalizada la reunión, aunque antes de despedirse del grupo, les informa de que Garand "el duque" quiere verlos después para darles las gracias por los servicios prestados y para proponerles algo. Garand es una persona muy conocida en el barrio de los extranjeros, posiblemente la persona más influyente del lugar. A Volkas no le hace mucha gracia que las autoridades de Falcongrís hayan informado a Garand de quien ha estado detrás del asalto a El Pozo, pero ya que el mal está hecho, el grupo acude a la cita.

La reunión con Garand es rápida. El noble agradece al grupo su actuación y les comenta que está preparando una expedición a Terrahepmona, tras la pista de un tesoro que puede ser muy jugoso. Garand es conocido por controlar muchas posesiones en el barrio y por patrocinar este tipo de expediciones. Un grupo de aventureros como Los Valientes de Volkas podrían serle de gran ayuda. Sin embargo nuestros aventureros no parecen muy interesados, así que declinan el ofrecimiento. Garand no parece molestarse y los recompensa con 100 monedas de oro por cabeza. Con los bolsillos llenos, es hora de preparar el viaje a Torreón del Vado ...

       

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