jueves, 12 de marzo de 2020

Los Vengadores de Boccob 27 y 28

Retomamos las aventuras de los Vengadores de Boccob, y lamentablemente, lo hacemos para descubrir que el grupo no volverá a ser el mismo tras estas dos sesiones. Al final de la partida anterior los dejamos descendiendo por un camino hacia la mansión abandonada de Zagig Yragerne, veamos como les ha ido la incursión.

Cisma y penitencia (sesión 27)


Toda la zona parecía abandonada y sin signos de vida inteligente. La mansión se mantenía en muy buen estado, con todas las ventanas de la primera planta cerradas y reforzadas por postigos. No había señales de que la mansión hubiera sido profanada, lo cuál puso a nuestros aventureros en guardia. Si sus datos eran correctos, la mansión había sido abandonada hacía 250 años. Por eso descartaron de primeras la puerta de entrada.

Lentamente comenzaron a rodear la mansión, y así descubrieron un viejo jardín con cenador, un pozo para extraer agua, un estanque de aguas turbias, un campo de siembra arruinado lleno de estacas con huesos goblin y una jaula para halcones. También descubrieron una puerta trasera que parecía dar a la cocina. Temiendo que tuviera alguna protección mágica, Galiard se retiró a preparar un ritual para detectar magia. Fue entonces cuando las cosas se precipitaron.

Markus se acercaba de nuevo a la puerta de entrada por el lado contrario cuando lo recibieron varias flechas disparadas desde un cobertizo cercano. Antes de que el grupo se diera cuenta, se encontró combatiendo con un grupo de osgos atrincherados. Juku lideró el ataque y pese a que recibieron múltiples heridas, consiguieron sobreponerse y acabar con los atacantes. Galiard se les unió entonces, y para superar el problema de la puerta de la cocina, se le ocurrió animar el cuerpo de un osgo. Heahmund no tardó en descubrirlo y atacó a la criatura con la furia que solo un paladín de Heironeous podía desplegar. Galiard intentó convencer al paladín de la "bondad" de su plan, pero eso solo lo enfureció más, hasta el punto de que terminó por invocar el poder de su dios para hacer descender una columna de fuego sobre el sorprendido mago. Al ver caer a su amigo, Juku no se lo pensó dos veces y atacó al paladín, abandonándose a la rabia e ignorando cualquier intento de Markus por detener ese sinsentido. Cruzaron sus filos durante varias acometidas, hasta que el hacha de Juku terminó por imponerse.

El grupo estaba roto. Markus no podía salir de su estupor por lo acontecido. Galiard había recuperado la conciencia por sí mismo para ese momento, y junto al resto del grupo, estabilizaron a Heahmund. Sin embargo estaba claro que era imposible recomponer la confianza, y solo por la memoria de todo lo acontecido en Rappan Athuk, el grupo firmó una tregua y se encaminaron de vuelta a Falcongrís.


Los designios de San Cuthbert (sesión 28)


Ya en la ciudad Heahmund se despidió de Markus y pidió a Heironeous no volver a encontrarse con Galiard, pues en otro caso uno de los dos no saldría vivo del encuentro.

Pero si algo abunda en Falcongrís son los aventureros a la caza de aventuras, así que los Vengadores de Boccob no tardaron en reemplazar al paladín por un nuevo miembro: Finan de Hochoch, un clérigo seguidor de San Cuthbert en una búsqueda personal que parecía encajar a la perfección con el objetivo de nuestro grupo de recuperar las reliquias de Vecna (para su destrucción claro está...).

Tratando de evitar que los Magi descubrieran que estaban de vuelta en la ciudad, los aventureros partieron de vuelta a la mansión, poniendo en antecedentes a Finan durante el camino. Ya de nuevo en el lugar, les sorprendió que no quedaran muestras de su combate contra los osos, sin duda alguien se había ocupado de los cuerpos.

Decididos a entrar sin más dilaciones, esta vez Galiard decidió probar un método más convencional para superar la puerta de la cocina, y se lanzó él mismo para pasar al otro lado. Un terrible rayo de energía lo recibió con los brazos abiertos, aunque no resultó fatal para nuestro osado mago.

Probaron entonces varias formas de cancelar la defensa mágica, algunas sutiles como un conjuro de disipar magia y otras no tanto, como una bola de fuego que arrasó con todo el contenido material de la cocina. Al final el grupo atravesó el dintel recibiendo varias descargas durante el proceso. La magia del lugar era muy poderosa, como de hecho se habían temido.

No tardaron en encontrar más muestras de lo anterior. En el recibidor principal encontraron unas escaleras que ascendían, pero la parte superior permanecía en una oscuridad claramente mágica. También encontraron dos cuadros cubiertos, que al se tocados comenzaron a chillar llamándoles ladrones.

Pero sin duda su encuentro más extraño ocurrió en la biblioteca, donde un sorprendido Galiard se topó con unos libros flotantes que lo invitaban a leer. Al acceder a lo que le estaban pidiendo vio como una mecedora comenzó a moverse. Algún tipo de criatura residía en el lugar. Al menos no era hostil, y de hecho, según Galiard avanzó en la lectura les reveló cierta información en forma de unas notas crípticas y una gran llave de hierro.

Desde luego magia no iba a faltar en el lugar...





3 comentarios:

  1. Uff, vaya decisión extrema. Se ha parecido más a un paladín de Poltus que a uno de Hieroneus. Creo recordar que jugabais con el reglamento de Eirendor ¿hay allí algún tipo de reglas como las pasiones de Mythras o incluso rasgos de personalidad como en 5ª? De todos modos, atacar a un compañero que no es malvado me parece muy grave, más casi que animar el cadáver de un esqueleto, por algo tienen Detectar el mal los paladines, digo yo.

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    1. Hola. Pues no, en Eierendor no hay ninguna regla al respecto. Los jugadores son libres de interpretar sus personajes como deseen. En este caso es cierto que la interpretación fue algo extrema, pero el jugador pensó que es lo que tocaba. Por suerte esto nos pilla ya con una edad, de adolescentes esto habría terminado muy mal. Ahora la cosa terminó con una ficha nueva y un almuerzo el fin de semana para comentar la jugada entre los implicados.

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    2. Pues no es mal final para la historia, la verdad. La cosa es que cuando se juega a rol hay que asumir que nadie controla la historia al 100%, y si eso fue lo que decidió el jugador, pues así quedó y una batallita más que contar.

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