domingo, 12 de junio de 2022

Leyendas de Arkham 14-15

Durante su persecución de David Lodge, nuestros aventureros no paran de toparse con nuevos horrores. Su camino hacia el oeste dista mucho de un paseo por el campo, y nada parece indicar que las cosas vayan a cambiar...

La cuna de todos los males

Tras descansar en las afueras del bosque, el grupo volvió a internarse en la espesura. Aquellas hebras lechosas no presagiaban nada bueno por lo que no les sorprendió toparse con una lejana figura que, sin dirigirles la palabra, les conminaba a marcharse por donde habían venido.

Nuestros aventureros no se amilanaron y siguieron avanzando, solo para descubrir que aquella figura era un cuerpo formado por miles de pequeñas arañas albinas que se lanzaron a por ellos. Hendrik perdió los nervios momentáneamente y salió de allí corriendo. El resto se defendió como bien pudo, si bien las espadas y pistolas apenas parecían hacer mella en las criaturas. Por suerte, Chogan acertó a prender fuego a una manta y la utilizó como una red, consiguiendo que la balanza del combate se inclinara por fin hacia el grupo.

Tras recuperar el aliento, y con Hendrik recuperado también, el grupo continuó siguiendo el rastro de las cuatro personas que debía llevarles hasta David Lodge, Olly MacKenzie y el tal Oliver Albright. Y, si bien no se toparon con ellos, si dieron con una construcción en lo alto de un pico escarpado que claramente debía ser la famosa "fortaleza" mencionada en los papeles de los Lodge.

El lugar parecía bastante inexpugnable, pero un día de atenta vigilancia les reveló otra posible ruta de entrada a través de una cueva vigilada a media ascensión del pico. Esa noche, el grupo subió con toda la discreción de la que fueron capaces y cayeron sobre un par de desprevenidos guardias. Los guardias fueron abatidos con presteza, así como una segunda pareja de relevo. El grupo, ataviados con las túnicas de esos guardias se introdujo a continuación en las profundidades de la caverna.

Así llegaron hasta una gran oquedad sin fondo aparente, una sima por la que ascendían vapores sobrecalentados que nublaban la vista más allá de unos metros. Unos puentes colgantes unían varias pilastras, y sabiendo que no había muchas otras alternativas, el grupo comenzó a avanzar por aquella estructura poco confiable.

Sin embargo, el daño no vino de aquellos puentes maltrechos y suelos resb aladizos, sino de una criatura de gran tamaño que se abalanzó sobre ellos, una suerte de gigante en llamas que, al verse sobrepasado, estalló en llamas abrasando a nuestros aventureros. Chogan lo describiría luego como un "caminante del fuego", al descubrir los restos de un ritual que conectó a la criatura con antiguas leyendas algonquinas. Algo se rompió entonces en el interior del explorador indio, al constatar que aquellas tierras habían albergado horrores inimaginables mucho antes de la llegada del hombre blanco. Chogan quedaría ya para siempre marcado por aquel encuentro.

Por suerte, el grupo pudo descansar y recuperar fuerzas. Por alguna razón no fueron molestados por más guardias, e incluso dieron con una escalerilla de metal que los sacó de aquella gruta. Todo parecía indicar que habían alcanzado los sótanos de la fortaleza.

Con mucho cuidado se movieron por angostos pasillos y pequeñas habitaciones vacías. Nada parecía habitar el lugar, al menos hasta que llegaron a una doble puerta tras la que oyeron la típica salmodia de un rezo o ceremonia. Un poco después hallaron una puerta secreta que los condujo a un mirador privilegiado. Desde su posición pudieron ver con todo detalle una gran sala de ceremonias atestada de cultistas (unos 16). Un gran pozo lleno de un líquido humeante dominaba el centro de la habitación, abierto a consumir un totem nativo algonquino que colgaba de cuerdas sobre él. ¿Debía el grupo revelar su posición?¿Debían detener el ritual o esperar a ver que ocurría? No era una decisión fácil...

 

  

lunes, 30 de mayo de 2022

Concurso Crónicas de la Vieja Escuela

El otro nos "calentamos" un poco en el cana de Telegran de Vieja Escuela y nos dio por organizar un pequeño concurso. La idea es simple: basarse en alguna noticia real para crear aventuras para los diferentes sabores de Vieja Escuela.

Con las aventuras que nos lleguen (un par de A4 como máximo por avenrura), nos gustaría montar un pequeño fanzine y subirlo a Lulu para que cualquiera pueda tener una copia en físico. Así que si les parece una idea interesante, échenle un vistazo a las bases y ¡a participar! Tienen todo el verano por delante.


CONCURSO CRÓNICAS DE LA VIEJA ESCUELA

Enlace a las bases AQUÍ


domingo, 29 de mayo de 2022

Leyendas de Arkham 13

En nuestra última sesión, dejamos a nuestro aguerrido grupo de aventureros tras un duro enfrentamiento contra unas criaturas de pesadilla. Sin embargo, aquello no los iba a amedrentar, como veremos a continuación.

Dos tazas de café

Tras hacerse con una de aquellas armas extrañas y conseguir fluidos para poder disparar un par de veces, el grupo puso tierra de por medio, continuando su viaje hacia Dunwich. Les costó un poco, pero volvieron a encontrar un rastro claro de carromato. Siguiéndolo, llegaron hasta una especie de campamento con algunos días de antigüedad. Una estaca ahumada estaba clavada en el suelo, cerca de los restos de una fogata. En el punto en el que dicha estaca se hundía en la tierra aparecían varias vetas negras que se expandían de forma radial como venas sobre una piel muy clara.

Por si aquello fuera poco, un olor a descomposición les llegó de delante del camino. Heather se adelantó siguiendo el olor, solo para encontrarse con una masa amorfa de gran tamaño que salió de la espesura del bosque con el cadáver de un gamo entre sus fauces. Aquel gigante abotargado tenía una cara vagamente humana, si bien, ese era el único rasgo humano identificable. La criatura se abatió sobre el grupo, hiriendo a varios de nuestros aventureros. Sorprendidos por el encuentro, decidieron salir de allí a toda prisa y, para su sorpresa, la criatura no los siguió.

Tras recuperar el aliento, Chogan recordó antiguas leyendas de su tribu que hacían referencia al gran inseminador estelar, cuya prole se podía contener en un lugar gracias a una estaca apropiadamente tratada. ¿Sería eso lo que acababan de encontrarse? ¿Sabía David Lodge que lo perseguían? Tenían que averiguarlo, así que una vez más se lanzaron al combate para terminar con la criatura. La lucha fue feroz y estuvo a punto de terminar muy mal para nuestros aventureros, pero al final, y gracias a la extraña arma arrebatada a los seres de apariencia insectoide, se decantó de su lado. No tardaron en descubrir nuevos horrores, pues cerca de la estaca descubrieron el cuerpo de un negro sacrificado, sin duda uno de los sirvientes de David.

Ya no había duda de que aquel rastro era el correcto, como confirmaron un día después al llegar a un asentamiento. Por precaución, se escondieron y vigilaron el lugar durante varias horas, hasta que, sin identificar ninguna amenaza, se decidieron a visitarlo: habían llegado a Dunwich. Pronto averiguaron que alguien que bien podía ser David Lodge había llegado una semana atrás buscando a un par de extraños hombres que habían vivido en las colinas cercanas durante el último año. Aquella extraña pareja coincidía con la descripción del tío de Heather y el tal Oliver Blackwood. Lamentablemente, los tres habían partido casi de inmediato hacia el sur tras cargar en el carromato una pesada caja.

No había tiempo que perder, así que el grupo siguió esa dirección. Hacia el sur se veían los picos de una sierra, un lugar que muy bien podría albergar la famosa "fortaleza" construida por los Lodge. Un día después llegaban a sus estribaciones, descubriendo cerca de un lago un carromato abandonado junto a la entrada de un denso bosque, un bosque cuyos árboles estaban cubiertos por tiras de seda blanca gruesa, como tela de araña...

 

  


domingo, 15 de mayo de 2022

Leyendas de Arkham 12

Continuamos con las peripecias de Edward, James, Heather, Chogan y Heindrick tras decidir, en su última sesión, dirigirse de nuevo hacia el oeste.

Sweet home

Con la decisión tomada de volver hacía Arkham, el grupo no se demoró mucho más en Kingsport. El viaje hacia el oeste transcurrió sin problemas y, salvo por una terrible tormenta que los retrasó un poco, llegaron sin imprevistos a su destino.

Convencidos de que David Lodge podría haber pasado por allí, se dedicaron a hacer preguntas con discreción, obteniendo la recompensa que buscaban. Efectivamente, un carromato había pasado hacía ya unos días y, tras hacer noche, había continuado hacia el oeste. No fue difícil para Heindrick y Chogan encontrar varias huellas de carromato que avanzaban paralelas a la margen derecha del Miskatonic. Sin embargo, esa ruta terminaba en un bosque cerrado por donde difícilmente habrían podido seguir avanzando. Lo lógico era que el carromato hubiera seguido por el valle.

Un día después, llegaron hasta la sombra de unas solitarias colinas. Alerta tras oír el lejano aullido de varios lobos, hicieron un buen fuego y se prepararon para dormir. El sol de la mañana los despertó a varios kilómetros de las colinas, hacía el sureste. Ninguno podía recordar como habían llegado hasta allí, y lo que era más desconcertante, todos compartían unas extrañas marcas en el cuello: tres punciones que formaban un triángulo.

El grupo retomó su viaje hacia el oeste, deseando esquivar las estribaciones de las colinas malditas. Aunque eso los llevó a un encuentro de lo más horripilante, pues fueron asaltados por unas criaturas con forma vaga de avispa. Dichas criaturas disponían de un armamento extraño, una especie de fusil capaz de disparar un plasma ácido. Chogan, Heindrik y Heather quedaron bloqueados por la imagen de aquellos seres, aunque por suerte se sobrepusieron con rapidez. Sabiendo que durarían poco en un combate a distancia, todos trataron de trabarse en combate cuerpo a cuerpo. Quiso la providencia que superaran en número a aquellos horribles seres, pues fue esa superioridad numérica la que terminó decantando el combate a su favor. Solo Heindrick escapó ileso. Edward se hizo con uno de aquellos rifles, pero abandonaron el lugar con rapidez, no fuera que más de aquellos seres rondasen por la zona...



 



domingo, 8 de mayo de 2022

Leyendas de Arkham 11

En nuestra última sesión dejamos a nuestros aventureros descansando en Kingsport, tras desarticular una organización de sectarios que había puesto en peligro el trato de la ciudad con la comunidad gul.

Alguien voló sobre el nido del búho

Agotados tras el enfrentamiento, el grupo se concedió un merecido descanso. Lamentablemente, Chogan no lo iba a poder disfrutar como el resto de sus compañeros, pues al poco de conciliar el sueño, volvió a aparecer en aquella loma pelada con la que había soñado múltiples veces. Esta vez, un plácido jefe nativo se le apareció para advertirle de que habían hecho mal al entregar la máscara de búho a David Lodge. Chogan intentó obtener más información, pero un gran búho real descendió sobre el anciano y lo despedazó ante la horrorizada mirada de nuestro aventurero. Chogan despertó cubierto de sudor, y al mirar por la ventana, vio al mismo búho devolverle la mirada desde un árbol cercano a su habitación. Un instante después, una certera flecha volaba hacia el ave, hundiéndose profundamente en su pecho y haciéndola precipitarse al suelo. Sin embargo, cuando Chogan y Heindrick revisaron el lugar, solo encontraron la flecha, extrañamente envejecida, y poco más.


 

La llegada del día no trajo buenas noticias. El hermano Miguel informó a nuestros aventureros de que habían encontrado muerto al alcalde Holms. Por lo visto había sido atacado por una ave rapaz durante el transcurso de la noche. Revisando su cuerpo, descubrieron un tatuaje en forma de serpiente emplumada. Aquello no hizo sino acrecentar los temores de todos, si bien, la conexión entre todos esos hechos aún les era esquiva.

Tratando de encontrar alguna nueva pista, Heather y Edward se dedicaron al estudio pormenorizado de los libros de cuentas extraídos del templo. Heather descubrió un apunte referente al alcalde Holms, de hacía un año, justo cuando se fechaba su llegada a Kingsport. Coincidía con la carta que David Lodge había enviado a Mordenheim indicando que tenía nueva información sobre el objeto que buscaba. Además, desde ese momento, los envíos hacia esa misteriosa fortaleza se volvían mucho más frecuentes. Edward, por su lado, descubrió un apunte sobre una caja procedente del Brirish Museum llegada al puerto de Salem. No habría pasado de ser una nota a pie de página si no hubiera aparecido junto al nombre de Albraight. Aquello era precisamente lo que lo había llevado al nuevo mundo, pues la sociedad secreta de la que era miembro le había encomendado precisamente recuperar un objeto robado por ese sujeto. ¿Estaría el objeto que buscaba en esa precisa fortaleza?

Tampoco el esclavo de los Lodge pudo arrojar algo de luz al misterio. Sí que sabía que los Lodge habían estado haciendo envíos regulares fuera de Kingsport, pero siempre se le había dicho que eran a clientes de los asentamientos locales, y los tres conductores de los carromatos habían partido junto a los Lodge. Parecía que habían llegado a un punto muerto. Lo único que sabían seguro era que la fortaleza estaba en algún lugar de las montañas del oeste y que cualquier ruta medianamente segura pasaba por Arkham...

domingo, 1 de mayo de 2022

Leyendas de Arkham 10

Retomamos nuestra historia en tierras del nuevo mundo. Tras descubrir la implicación de los hermanos Lodge en los problemas de Kingsport, nuestros aventureros han decidido tratar de darles caza.

Un trabajo limpio

Todos tenían claro que el tiempo corría en su contra. Pickman se dirigió a hablar con Porphos sin sacar mucha más información, a aparte de que la tregua seguía en pie y de que si no desaparecían más cadáveres del cementerio el "trato" se podía dar por vigente de nuevo.

En cuanto a los cuerpos etiquetados, Pickman relató que los gules no consumían la carne como alimento directo, sino que ganaban los conocimientos de aquellos de los que se alimentaban, y que cuanto más longevo era un cadáver, mejor funcionaba esa transferencia. De ahí la afición de los gules por etiquetarlos y guardarlos. Las imágenes que tal relato provocó en cada uno de los oyentes quedaron para ellos mismos y sus pesadillas.

No quedaba más que acudir al templo bajo el acantilado. Ya conocedores del camino, no tardaron mucho en presentarse ante las puertas del templo, ahora abiertas. Un suave y empalagoso canturreo llegó hasta sus oídos. No tardaron en descubrir una figura apostada en el interior, probablemente un guardia.

El grupo se movió con rapidez, aunque no pudieron evitar que el guardia diera la voz de alarma. En una capilla aledaña, Jeduthan Lodge oficiaba algún tipo de ritual junto a cuatro sectarios más. Sintiendo una urgencia preternatural, Edward, Hendrik y James se lanzaron al interior, mientras Chogan y Heather los cubrían a un poco más de distancia. Pero el ritual había sido completado, y para horror de nuestros aventureros, una forma cubierta de mil gusanos se levantó del altar de fría piedra.


Tanto Jeduthan como el horrible ser trataron de afectar de alguna forma las mentes de sus contrincantes, pero quiso Dios que ese día las fuerzas del mal no prevaleciesen y mantuvo firme el espíritu del grupo. Rodeados por nuestros héroes, poco pudieron hacer contra las acometidas de sus aceros y los mordiscos de sus balas, sucumbiendo poco después.

Pero no había tiempo para festejarlo. Detrás de una cortina cercana descubrieron una masa de carne imposible de describir, de la que al poco surgía un enorme tentáculo tratando de atraparlos. Era más de lo que estaban dispuestos a aguantar y salieron de allí como alma que lleva el diablo tras arramblar con unos pocos papeles y libros que allí se encontraban. A sus espaldas, el tentáculo batía paredes, suelo y techo con la rabia de saber que ese día no los atraparía. Antes de abandonar el templo, aún acertaron a ver como todo el complejo se derrumbaba fruto de los golpetazos de aquel ser de pesadilla.

Ya de vuelta en Kingsport, pudieron revisar con calma la documentación recuperada. La mayoría hacía referencia a la construcción de algún tipo de complejo en las montañas del oeste, haciendo referencia a varios envíos de material desde Kigsport y Salem. También había referencias a un tal Kaientaronkwen, jefe de los Wendigo...

 




lunes, 25 de abril de 2022

Leyendas de Arkham 9

Nuestros aventureros van conociendo, poco a poco, las miserias que esconde Kingsport. Quien diría que ese pequeño asentamiento costero tendría tanto que esconder. Sin duda, el nuevo mundo es un lugar lleno de secretos. Falta por dilucidar si sacar a la luz tales secretos no deparará algún horrible destino a nuestros jugadores.

Misterios dentro de misterios

No queriendo dar respiro a los hermanos Lodge, el grupo se dirigió hacia su casa en compañía de los voluntarios de la milicia local. Su sorpresa fue mayúscula cuando el esclavo de la casa les relató que sus señores habían abandonado el lugar apenas dos días antes. En principio, habían partido para negociar un acuerdo con un nuevo proveedor de madera.

Nuestros aventureros no acabaron de creerse que el esclavo no estuviera al tanto de los asuntos turbios de los Lodge, así que lo pusieron bajo la custodia de la milicia mientras registraban la casa. No les llevó mucho conjeturar que los dos hermanos habían abandonado la hacienda con poca idea de volver. Un cofre para almacenar libros vacíos, armarios sin ropa y muchas otras señales así lo atestiguaban. Por si eso fuera poco, el grupo descubrió un viejo retrato de David Lodge que muy bien podía fecharse a finales de 1500 ¡cien años antes! También dieron con ciertas correspondencia enviada por un tal Victor Mordenheim.

Estimado señor Lodge:

Me siento abrumado por sus atenciones. Yo solo seguí el consejo de nuestro amigo en común, que me comentó el problema por el que pasaba un colega de estudios. El mundo no avanzaría si no fuera por el compromiso de hombres como nosotros. De hecho, soy yo quien le guarda un eterno agradecimiento por sus contribuciones a mis investigaciones, sin las cuales, no habría avanzado hasta el punto en el que ahora me hallo.
Le reconozco que su ofrecimiento llega en un momento inmejorable, pues estoy muy cerca de lograr mi objetivo, pero el ambiente aquí se está tornando peligroso. Viajaré bajo el seudónimo de Huldah White. Únicamente espero que no me delate mi acento germánico.

Siempre suyo,
Victor Mordenheim,
Mayo de 1691

Pero la gran sorpresa vino al explorar la bodega, cuando descubrieron una sala oculta tras unos grandes toneles y fueron asaltados por un numeroso grupo de cadáveres animados. Heather quedó aturdida por el encuentro, al creer reconocer a su hermano entre uno de aquellos cuerpos antinaturales. Sin embargo, supo recuperarse para, en compañía de sus camaradas, prender fuego a aquel lugar de pesadilla. El fuego purificador borró aquella blasfemia de la tierra.


 

Poco después ponían al corriente a Pickman, Holms y al hermano Miguel. Quedaba una pequeña pista que pasaba por interrogar al doctor White, así que se retiraron a descansar y, a primera hora de la mañana siguiente, partieron hacia su hacienda.

No les costó mucho dar con la colina, extrañamente sumida en una densa niebla. Lamentablemente, el doctor White también parecía haber abandonado el lugar. Sin embargo, en el caso del doctor todo parecía haber sido más precipitado. Una vez más, fue el sótano el lugar que les deparó más sorpresas. Allí dieron con Diana Oldman, una joven asistenta desaparecida unos días antes. Según su relato, el doctor vivía con el cuerpo destrozado de su mujer, experimentando en aquel sótano con la intención de devolverle la salud perdida. Encontraron también un extraño libro llamado Vermis Mysteriis y algunas cartas firmadas por David Lodge.

Carta 1

Estimado señor Mordenheim:

Me alegra sobremanera que haya aceptado mi invitación para instalarse en Kingsport. Le aseguro que en este emplazamiento podrá continuar con sus investigaciones sin los cortapisas de la moral trasnochada del viejo continente.
Prepararé todo para su llegada. Es lo mínimo que podría hacer por alguien como usted, después de su generosa contribución a mi personal búsqueda.

Un saludo,
David Lodge
Abril de 1691
 
Carta 2

Estimado señor White:

Me complace informarle de que adquirí una mansión a las afueras de Kingport con parte de su última contribución a la causa. En cuando se haya instalado, le presentaré a tres hombres que seguro le resultarán harto útiles, pues son inmejorables proveyendo del material que nuestras investigaciones requieren.
Seguro que también le alegra saber que he avanzado en mi búsqueda particular. Todo parece indicar que mi codiciado objeto pasó a manos de tribus locales hace algunos años. Temo, sin embargo, que las guerras del rey Felipe hayan emborronado la pista.

Reciba mi más cordial saludo,
David Lodge
Junio 1691
Ya no había duda de que el buen doctor White era en realidad un tal Victor Mordenheim. Con todo, aquello no hacía sino incrementar la frustración del grupo, que deseaba poner sus manos sobre cualquiera de aquellos canallas para ajustarles las cuentas por sus temibles acciones.

Solo quedaba una opción, que los hermanos Lodge no hubieran ido muy lejos y estuvieran ocultos en el templo de Ghatanothoa. Mientras Pickman partía para intentar obtener algo de información sobre los cuerpos etiquetados de dicho templo, nuestro aguerrido grupo discutía el plan para saltar el lugar...