Retomamos el devenir de nuestro grupo de aventureros más particular, ya que pocos grupos verán que usen a su mago como "tanque". Y todo parece indicar que les dejamos en una situación dónde poder poner en práctica su táctica tan especial, en pleno combate con orcos y con claros indicios de que estos recibirían refuerzos en breve.
La gran escabechina
Los orcos se abalanzaron sobre Juku y Finan. Mientras Markus buscaba una posición desde la que disparar, y por una vez, Galiard se mantenía en la retaguardia vigilando que no vinieran sorpresas desde el valle.
Nuestros aventureros fueron ganando en confianza al comprobar que su posición en la abertura de la cueva era bastante sólida y los orcos no parecían tener suficiente fuerza para romperla. Entonces una gran figura que apenas podía mantenerse erguida emergió de la cueva. Un horror coronado por dos cabezas babeantes armado con un gran hacha y una maza.
Markus y Galiard palidecieron al ver a semejante criatura, mientras que Juku, en estado de euforia por la batalla, se lanzaba contra el nuevo enemigo sin casi pensárselo. Mientras Finan apelaba a la ayuda divina de San Cuthbert, y este contestaba haciendo descender un círculo de emisarios que rodearon al grupo y comenzaron a dañar a sus enemigos.
La criatura era un enemigo formidable, pero la unión de los golpes de Juku, los proyectiles mágicos de Galiard y la ayuda espiritual invocada por Finan fueron minando su resistencia hasta que la criatura cayó derrotada de bruces a sus pies. Su lugar lo ocuparon un nuevo grupo de orcos, a través de los cuales Galiard llegó a ver un osgo que parecía ser el cabecilla. El mago no necesitó más, reunió su poder mágico y lo canalizó para lanzar varios proyectiles que buscaron sin piedad a su presa. El osgo no tardó en ocupar una posición junto al resto de sus compañeros abatidos.
Pero aquellos orcos aún tenían una última sorpresa, y esta vez sí, ante la atónita mirada de todo el grupo, emergió un terrible trol. Los ruidos de fondo se fueron apagando y quedó claro que se encontraban en el punto crítico que marcaría la victoria o la derrota en el enfrentamiento. Markus y Juku se lanzaron al combate, mientras Finan y sus espíritus se colocaban detrás de sus compañeros para ayudar con su poder divino. Pero el trol se demostró un enemigo mucho más peligroso de lo que esperaban, ya que sus heridas parecían cerrarse solas, y sus garras hacían mella una y otra vez en nuestros aventureros.
Juku fue el primero en caer. No sería el último, pues Markus también probaría la frialdad del suelo de aquella cueva maldita. Por suerte para ambos Finan pudo curar sus heridas cuando fue necesario.
El trol terminó cayendo, aunque solo para volverse a levantar unos instantes después. Sin duda la peor de las formas para aprender que los trols gozan de una capacidad de regeneración sorprendente. Los Vengadores de Boccob no cometerían el mismo error dos veces, y esta vez recurrieron al fuego mágico de Galiard, El trol volvió a caer, esta vez sí, para no levantarse más.
Poco a poco la calma fue regresando al valle. Nuestro grupo había sufrido heridas importantes y había gastado no pocos recursos en aquel enfrentamiento. Por ello decidieron no comenzar la exploración de la guarida de los orcos y retirarse a su puesto de vigilancia, donde podrían recuperar fuerzas...
Somos un grupo peculiar digno de las más grandes gestas... Bueno medianas, o algo. Pero nos divertimos lo que no está escrito 🤣
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