domingo, 18 de septiembre de 2022

Los Vengadores de Boccob 71

Revisando las entradas de las diferentes campañas que trato de documentar en el blog, me doy cuenta de que se me pasó subir la última sesión jugada por los Vengadores de Boccob. Una sesión que es, además, muy importante por dar fin a sus andanzas por el Templo del Mal Elemental (sucesos anteriores AQUÍ).

Un gran poder...

La situación parecía desesperada. El fantasma se lanzó contra Markus y Finan buscando una nueva víctima. Sin embargo, había cometido un error de cálculo. Al abandonar el cuerpo de Juku, este recobró la conciencia de sí mismo, y tras unos instantes para hacerse una composición del lugar, corrió a derribar la puerta que lo separaba de sus compañeros.

Galiard, en segundo plano, trató de debilitar a la criatura con los pocos conjuros que aún le quedaban. Con su ayuda, el combate se prolongó lo suficiente para que Juku pudiera unirse a sus compañeros junto a su hacha mágica. Aquello terminó por decantar el combate a favor de nuestros aventureros, pese a que aún existía cierto recelo por las acciones pasadas de Juku. En cualquier caso, fue Galiard el que al final, invocando su último hechizo de proyectil mágico, consiguió abatir al fantasma. El combate había terminado, y contra todo pronóstico, el grupo había sobrevivido.

Poco después ascendieron un nivel hasta un lugar considerado seguro, portando con ellos la mano de Vecna. Descansaron allí para recuperar fuerzas, si bien todos sintieron que aquel artefacto maldito trataba de influirlos.


 

A la mañana siguiente abandonaron el templo en dirección a Hommlet. Allí donaron al templo de San Cuthbert varios objetos manchados por el Caos, esperando que ellos se hicieran cargo de su destrucción. En concreto:

  • Un colgante con un colmillo rojo de los hobgoblins.
  • El colgante de los gnolls con el dibujo del ojo del mal elemental.
  • El medallón del Ravnos, el espia de Hommlet.
  • El cáliz elemental de la tierra.
  • El medallón sacerdote tierra.
  • Armas y objetos arrebatados a los diferentes sacerdotes elementales.

El relato de todo lo acontecido le valió a Finan la oferta de ingresar en la Orden de las Estrellas, una facción importante dentro de la iglesia de San Cuthbert, si bien este la rechazó cortésmente. Sin nada más que los retuviera allí, regresaron a la ciudad libre de Falcongrís. Nunca se habían alegrado tanto de ver las murallas de la ciudad. Era hora de cumplir con la promesa hecha sobre el cadáver de Luel.

El grupo contactó con Riggby, el patriarca de Boccob, y le entregaron la mano de Vecna. Riggby quedó profundamente sorprendido por aquella donación, aseguró haber contraído una deuda con nuestros aventureros y se comprometió a custodiar el objeto para que no cayera en malas manos.

Con la alegría del deber cumplido, nuestros aventureros se dedicaron gastar parte de las riquezas que habían obtenido en sus peripecias, debían prepararse bien si querían conseguir también el ojo de Vecna...


 

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