Qué cosas tiene el invierno. Puedes haberte batido el cobre con dragones, trolls y ejércitos de las tinieblas, que luego llegan unas anginas y te dejan postrado para el arrastre. Y no le digo nada si le pegas al antibiótico, cual venganza final, y éste se vuelve contra ti o más bien contra tu pobre estomago. Total que aprovechando que estoy en cama en modo "trapo desvencijado" al menos aprovecho y actualizo el blog. Eso sí, hoy toca una de esas entradas que se escriben para uno mismo, y es que en esta ocasión quiero hablarles de la última edición de mis jornadas preferidas: la Rolparty 2015.
Sí, señores, ni Tierras de Nadie, ni Ludos Ergo Sum ni Roles en Quart. Las jornadas que espero con más ansiedad todo el año son las Rolparty. Y ustedes dirán, ¿pero que narices son esas Rolparty? y harán bien, puesto que estas jornadas no son sino el fin de semana que desde hace años (ya vamos por el cuarto) reservamos los amigos de toda la vida para volver a juntarnos y dar rienda suelta a esa afición que nos unió hace ya más años de los que nos gusta reconocer. Un fin de semana de ponerse al día, jugar como si no hubiera un mañana y darle a la vena gastronómica como si estuviéramos en una fiesta universitaria sin fin. Un paraíso oigan, de esos que te recargan las pilas para el resto del año.
Y que mejor que dejar constancia de estas reuniones como recordatorio para el futuro, quizás para un tiempo en el que ya no hagan falta porque hemos vuelto a poder jugar regularmente (que de ilusiones también se vive). Sea como sea, ahí va la reseña del encuentro de este año.
El lugar
Este año nos decantamos por una casa que estuviera cerca de donde vivimos. En años anteriores elegimos lugares a una distancia de una hora de coche, que tampoco es que sea una barbaridad pero aplicando la máxima de menos es más (menos tiempo en el coche es más tiempo para jugar) elegimos un emplazamiento a 30 minutos escasos. Creo que fue un acierto, tanto por el tema del desplazamiento como por la casa en sí. La elegimos en un pequeño pueblo (Albuixec), lo que facilitó el tema de las cenas y comidas. Además la casa era espaciosa, con patio interior al que dimos buen uso con una paella mediante y una buena mesa de madera.
Los asistentes y la llegada: las primeras horas.
Idealmente estás reuniones están pensadas para once, aunque salvo en su primera edición, nunca hemos conseguido reunirnos todos. Una pena puesto que al final de lo que se trata es de encontrarse con los amigos de toda la vida y poder ponernos al día, ahora que la vida no nos deja vernos todo lo que desearíamos. Por tanto, siempre se caba por echar de menos a los que faltan. A lo mejor esta entrada los pica un poquito y el año que viene ponen un poquito más de empeño para poder asistir ;)
En cualquier caso conseguimos reunirnos para esta edición la nada despreciable cantidad de siete. Además este año introdujimos una variante sobre años anteriores y en vez de salir el sábado por la mañana a primera hora, la mayoría intentamos llegar ya el viernes por la noche.
En mi caso quedé en acudir a eso de las nueve puesto que antes me resultaba bastante complicado. Ya no me encontraba muy bien con las anginas dichosas en plena efervescencia, pero que quieren que les diga, hubiera ido arrastrándome si hubiera hecho falta. Así que recogí a otro compañero y nos dirigimos al lugar. Allí ya nos estaban esperando tres más, que habían tomado posesión de la casa y habían buscado lugar para cenar. Bocata de esos que tiras a una pared y se queda pegado, tapas y una mistelita para terminar, ¿se puede pedir más?
No me diran que no es un buen comienzo |
Después para ir calentando motores le dimos un rato al Munchkin. Nuestro juego de relleno favorito. Hay una frase que ha quedado como broma interna del grupo y que reza así: "somos unos cabrones pero no unos putos cabrones". Así que este juego nos va bien. Decidí retirarme tras la primera partida, puesto que no me encontraba muy bien y prefería reservar fuerzas para el sábado por la mañana dónde tendría que dirigir la primera de las partidas.
Un poquito de Muchkin nunca está de más |
Las partidas
Por la mañana dejé preparado el tinglado y nos fuimos a almorzar mientras esperábamos a los dos jugadores que faltaban. Llegaron justo para terminar de almorzar con nosotros y poder así comenzar la partida a eso de las 10:30. El juego en cuestión fue el Marvel Heroic Roleplaying, al que dirigía por primera vez. La partida elegida fue la introductoria que acompaña al manual del juego: "La Fuga".
La idea de este año era aprovechar el encuentro para introducir juegos nuevos y poder probarlos. En mi caso nunca había dirigido antes a este juego, así que tenía mis dudas de que tal resultaría. Creo que al final todo fue muy bien y la partida resultó entretenida y divertida para todos, yo incluido. Desde luego este juego se merece una reseña para él sólo (que espero pueda realizar en breve).
Todo empezó con una perdida de electricidad generalizada en Nueva York y una tremenda explosión en la prisión de máxima seguridad conocida como "La Balsa". Un grupo variado de superhéroes se dio cita en el lugar un poco por casualidad. El Capitán América y Spiderman quedaron bastante tocados enfrentándose al Conde Nefaria, que usando sus poderes kinéticos se lo hizo pasar mal con el propio escudo del Capitán. Mientras tanto, Ironman y Ojo de Halcón tuvieron que pararle los pies a Matanza (Carnage) y Luke Cage y Lobezno se emplearon a fondo contra un contingente variado de presos huidos.
Un poco de acción para ayudar a pasar el almuerzo |
Pero al final pudieron hacer valer su condición de grandes superhéroes y detener la fuga a gran escala. Tanto fue así que el Capitán América decidió que era una prueba inequívoca de que hacía falta un grupo de superhéroes preparados para estas contingencias, pasando a crear de forma oficial a Los Nuevos Vengadores.
La paz vuelve a reinar en La Balsa. |
Así se nos hizo la hora de comer y la pausa obligada antes de pasar a la siguiente partida. Nada menos que una aventura para Dark Heresy a manos de uno de los directores más cabroncetes del grupo. La cosa pintaba muy bien y no defraudó.
Pelear contra los malos siempre abre el apetito |
Cuatro enviados por un inquisidor tenían la misión de infiltrarse en una colmena para investigar el uso de tecnología prohibida. Al grupo lo acompañarían una observadora del gobernador planetario y una especie de guía de los bajos fondos. Un poco de investigación nos permitió descubrir que una seguidora proscrita del Mecanicum estaba haciendo pruebas con los pobres habitantes del lugar. Además para sus experimentos se estaba dejando llevar por un tomo impío lleno de enseñanzas de Slaneesh. La sorpresa vino cuando se descubrió que en el grupo había agendas secretas para parar un tren. En mi caso, mi psíquico resultó ser un adorador de Slaneesh infiltrado en la inquisición, que se volvió contra sus compañeros en cuanto vio el libro. Nuestro guía también resultó que tenía ordenes de quedarse el libro para él, desatando un pequeño caos mientras yo me volvía contra mis antiguos compañeros. Al final caí junto al ladronzuelo y cuando todo parecía ya resuelto, la observadora pasó a cuchillo al resto de los enviados de la inquisición, pues el gobernador tenía miedo de que la existencia del libro desatara un Exterminatus sobre su planeta. A saber que pasará ahora que libro ha caído en manos de dicho gobernador.
El pérfido DJ contiene la risa tras la pantalla antes de que se descubra el pastel. |
Esta partida se prolongó un poquito más de lo esperado, resolviendo el climax después de cenar. No hubo problema porque este año habíamos decidido no planificar ninguna partida para la noche. Lo que creo que fue otro acierto.
La velada terminó con más partidas al Muchkin, que decidí perderme para poder estar en condiciones para la partida del domingo por la mañana (malditas anginas).
Y así llegamos a la última partida de este año: Walhalla. Otro juego que era nuevo para el grupo. Hemos jugado muchísimo a Vikingos del RQ y la temática nos encanta pero aun no habíamos tenido oportunidad de probar este juego y había ganas.
Buena ambientación pero con un sistema demasiado "revolotum" para mi gusto. |
Contratados por un comerciante nos dirigimos a las tierras del sur en su viaje anual a cierta isla pantanosa donde habitaban, en aparente armonía, un asentamiento vikingo y otro sajón. Lamentablemente pronto nos dimos cuenta de que esa armonía estaba cerca de llegar a su fin. Los sajones habían oído los rumores de un tesoro romano escondido en el asentamiento vikingo y creían saber su localización, así que les descubrimos justo antes de que lanzaran un ataque por sorpresa al poblado. Conseguimos vencer a los exploradores sajones y poner sobre aviso a los aldeanos que finalmente repelieron el ataque.
Una partida muy entretenida, aunque creo que el sistema de Walhalla no nos acabó de encajar a ninguno. Recuerda a muchos otros sistemas sin tener "alma" propia. Correcto en cualquier caso y sujeto a gustos.
Y así, terminando con un café de despedida, cerramos las jornadas del 2015 a eso de las tres de la tarde. Ya toca ir pensando en las del año que viene (¡que ganas!)
Que penica da ver una mesa así |
Lecciones aprendidas
Es inevitable que cada año veamos que cosas han salido bien y que otras cosas podríamos mejorar. De este año me quedo personalmente con las siguientes:
- La casa muy bien. En cuanto a instalaciones y distancia. Para repetir.
- Llegar el viernes también muy bien. Se disfruta un poco más del fin de semana, que en otras ocasiones se hacia muy corto y con pocas oportunidades para hablar tranquilamente.
- No organizar partida el sábado por la noche también bien. Se disfruta mejor del resto de partidas y queda algo de "tapón" por si alguna de las otras partidas se alarga un poco.
- El Muchkin está bien pero podríamos haber llevado algún juego de mesa para cambiar un poco, por ejemplo un HeroQuest 25 aniversario (JAJAJAJAJAJAJAJA me rio por no llorar).
- Partidas de una sola sesión mejor que intentar continuar nuestras campañas de toda la vida. Da más juego y no hay que recordar donde lo dejamos.
- Esta bien introducir juegos nuevos, pero debería combinarse con los nuestros de toda la vida.
El año que viene más y mejor.
Buen resumen Cabo Hicks. Esperemos que el próximo año estemos todos, y disfrutemos tanto o más que este año.
ResponderEliminarPues sí, a ver si tenemos un poco de suerte y repetimos el pleno de la primera convocatoria.
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