Normalmente prefiero enfocar el blog como un lugar donde aportar material (ya sea en forma de traducciones o reseñas) antes que un lugar de opinión. Más que nada porque me parece que si de algo no vamos faltos en este país es precisamente de opinión.
Sí, se que ya ha pasado Hawollen, pero estos "máquinas" igual te opinan de LotFP que de FATE, pasando por Savage Worlds e Hitos y ¡sin despeinarse! ¿cómo competir? |
Sin embargo esta entrada la escribo más en clave privada que otra cosa, un recordatorio para mi mismo. Y es que creo que la norma general entre el común de los aficionados es embarcarnos en un proyecto tras otro. Ese montón de miniaturas a pintar, esa partida de estilo "sandbox" que tan bien parece funcionarle a otros, esa aventura que tengo en papel desde ni se sabe y que me gustaría pasar a "limpio", esa campaña en Comunidad Umbria que me lleva tiempo rondando la cabeza, etc, etc.
Lo que ya no sé si es tan común, pero desde luego a mi me pasa muy a menudo, es el de dejar todos esos proyectos a la mitad, no llegando a rematarlos jamás. Me dedico a pasar de uno a otro sin avanzar sustancialmente en ninguno, o lo que es peor, abro nuevos frentes que me permitan huir hacia delante sin detenerme a mirar el número de "cadáveres" que voy dejando detrás.
Pues bien, dicen que el primer paso es reconocer el problema. Que en mi caso diría que es "Parálisis por Análisis". Y de esto va la entrada de hoy. De que creo haber encontrado un pequeño método que me funciona para escapar de la situación. Y como les decía, me propongo dejarlo por escrito como recordatorio, que uno es de memoria a corto plazo.
Todo comienza terminando un proyecto. En este caso, y con un gran orgullo personal, puedo decir que he terminado mi proyecto "friki" más longevo. Un proyecto que me parece que es el primero que inicié hace ya más de 25 años. Ni más ni menos que terminar de pintar las miniaturas de mi HeroQuest. Ahí es nada.
Entre izquierda y derecha hay más de 25 años de diferencia. Sí, lo sé, a nivel de pintado nadie lo diría |
Es curioso porque básicamente han ido pasado años y años y sólo me faltaban por pintar cuatro o cinco miniaturas, pero nunca encontraba el momento. Al final se trató de dar un puñetazo en la mesa (en sentido figurado) y ponerme manos a la obra. Y entonces se produjo un efecto curioso. Liberado de este proyecto me enfoqué en otro pequeño que pudiera terminar pronto, como la traducción que hice del juego Searchers of the Uknown y con la energía de terminar ese proyecto me puse manos a la obra para resucitar el blog, con el compromiso de escribir al menos una entrada semanal. Le siguieron ir terminando alguna reseña que tenía en mente y las traducciones parciales de parte del juego Swords & Wizardry (edición completa). Básicamente he comenzado a ir desbloqueando pequeños proyectos y aprovechando la energía para empujar los siguientes.
Y en eso llegamos al título que encabeza esta entrada. Terminar proyectos nos permite pensar un poco sobre ellos e interiorizar las lecciones aprendidas durante su realización, pero sobretodo, terminar proyectos proporciona la liberación, motivación y empuje necesarios para continuar con el siguiente. Por tanto, si no encontramos en un momento de esos de bloqueo, pasando de proyecto a proyecto sin terminar ninguno, no queda más que obligarse a terminar uno de ellos. No nos apetecerá, se nos ocurrirán miles de excusas, pero hay que perseverar. Supongo que es como hacer régimen, salir a correr y esas otras cosas que hace la gente con fuerza de voluntad. Hay que terminar uno, el que sea. Idealmente hay que elegir uno que sólo nos quede rematar o que requiera poco tiempo para terminarlo. Así podemos utilizar esa pequeña descarga de satisfacción para lanzarnos con ganas a por el siguiente, creando en el proceso un habito que nos saque de la apatía creadora.
Sí, una idea de perogrullo que seguro enseñan en primero de frikismo, pero que quieren que les diga, era de los que me dormía en clase y me ha tocado aprenderla por la vía difícil. Supongo que es lo que algunos llaman una espiral positiva. Aunque para mi la única espiral positiva sería aquella generada por un enorme inodoro que se tragara a los elementos que aparecen en la foto que encabeza la entrada. Y au.
Para finalizar, y como padre orgulloso del desaguisado, les dejo con algunos ejemplos más de mis miniaturas para HeroQuest.
Bien, debo probar si me funciona a mi también esto. Y mientras, probamos ese Hero Quest pintado...
ResponderEliminarMúsica para mis oídos. A ver si podemos hacer algo de cara a estas navidades :)
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