domingo, 13 de diciembre de 2020

Los Valientes de Volkas 57

Los Valientes de Volkas siguen tratando de averiguar quién está detrás de la alianza de los gigantes. Su última incursión en la fortaleza de los gigantes de las colinas no fue todo lo fructífera que les hubiera gustado, pero con la información que obtuvieron esperan que Mordenkainen pueda hacer algo.

Frío polar


La información obtenida por nuestros aventureros era realmente escasa, pero el mapa que habían copiado mostraba a las claras el asentamiento principal de los gigantes de la escarcha. Mordenkainen podía trabajar con el porta-rollos, pero el trabajo llevaría un tiempo que quizás los asentamientos de Geoff no tenían. Por ello el archimago pidió al grupo que viajaran hasta los picos helados de las Cristalinas y probasen a internarse en esa nueva localización.

Los Valientes de Volkas apenas tuvieron que meditar la propuesta durante unos instantes. Un par de horas después volaban de nuevo sobre la alfombra mágica de Mordenkainen hacía el oeste. La alfombra los dejó ante una profunda grieta entre las montañas, un valle escarpado cuyas paredes estaban sembradas de cuevas abiertas al vacío. Una de ellas les llamó poderosamente la atención, pues era la única protegida por una pesada puerta y un guardia.



El tiempo apremiaba pero la experiencia dictaba ir con pies de plomo. Lo primero era hacerse una idea de las costumbres de esos nuevos gigantes. Tras un día de vigilancia quedó claro que el objetivo estaba bien fijado. El cabecilla de los gigantes y muchos de sus guerreros se guarecían tras aquella puerta asomada al abismo. Sin embargo por la noche muchos de esos gigantes salieron para pasar la noche en las cuevas aledañas junto a otros de su especie. Aquella costumbre parecía brindarles una oportunidad inmejorable para lograr su misión, aunque la puerta quedaba descartada. Había que buscar otra ruta de entrada.

Esa idea llevó al grupo a explorar las inmediaciones del cañón, encontrando una profunda grieta que parecía servir de chimenea natural. Volkas se ofreció para adentrarse utilizando su magia. Invisible, usó su Caída de Pluma para descender por el agujero y su Andar como Arácnido para moverse por el techo. Así salió de la cocina para llegar a un gran salón. Estando todo oscuro y en silencio, se arriesgo a utilizar una moneda imbuida de Fulgor para alumbrar brevemente. Entonces se escuchó una potente cuerda al dejarse ir y una lanza rozó al hechicero. Sin duda, de no haber sido invisible, habría terminado empalado. Tocaba salir de allí a toda prisa mientras se multiplicaban las voces de alarma.

Al menos la incursión había servido para validar la forma de entrada. Eso sí, tendrían que esperar un par de días para que las cosas se tranquilizaran. Ese tiempo extra les permitió ver la llegada de una comitiva de ogros. Aunque eran unos ogros algo especiales, ataviados con túnicas y con un paso bastante organizado y marcial para lo que se podía esperar de unas criaturas como aquellas. Quizás llevasen algún tipo de documento. Un nuevo plan se formó en la mente de nuestros aventureros. Quizás pudiesen emboscar a aquellos ogros y obtener información útil sin necesidad de que todos se metieran en aquella ratonera llena de hielo y de gigantes.

Esta vez fue sir Ushen el que descendió por la chimenea para validar aquel plan. Igualmente invisible, y gracias a su espada "Vengadora", pudo oír  como el cacique de los gigantes de la escarcha ofrecía un acuerdo al señor de los ogros para marchar juntos hacia las tierras de los hombres. Se ofrecieron presentes y se firmó un documento con lo pactado. Tenían que hacerse con ese documento como fuera, y por ello nuestros aventureros continuaron con su idea de emboscar a los ogros.

Tras rastrear el camino que habían seguido los ogros para llegar hasta el asentamiento de los gigantes, se decidieron por un lugar que parecía ideal y montaron su trampa. Un día después los ogros aparecieron por el camino, y nuestros aventureros, invisibles, lanzaron su ataque. Pero los ogros no solo parecían diferentes a cualquier otro ogro al que se habían enfrentado con anterioridad, eran en verdad muy especiales, eran ogros hechiceros. Mylon logró desterrar a su cabecilla, aunque aquel conjuro solo duraría apenas un minuto. Mientras, Volkas lanzaba cuantas bolas de fuego podía y Ushan y Delar cargaban al combate cuerpo a cuerpo. Para cuando el cabecilla de los ogros volvió a aparecer, sus compañeros yacían muertos a los pies de los Valientes de Volkas. Nuestros aventureros no le darían ni un respiro, y terminaría por seguir los pasos de sus compañeros.




Con los ecos del combate apagándose, los Valientes de Volkas tenían en su poder el pacto entre los gigantes de la escarcha y los ogros hechiceros. Seguían sin saber la mano detrás de todo aquello, pero estaban convencidos de que ya nada más podían hacer allí. Solo les quedaba confiar en que Mordenkainen hubiese logrado algo más estudiando el porta-rollos. Avisaron al archimago y pidieron que se les sacara del lugar.

Lejos ya de aquellos hielos infernales, los Valientes de Volkas se entrevistaban con Mordenkainen en una fortaleza situada en algún punto de las montañas Yatiles.,, 

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