En su momento, mientras leía ávido todas las entradas del blog Grognardia, me llamó la atención una frase a la que de vez en cuando se hacía mención: "D&D is always right", cuya traducción da nombre a la entrada. El termino parece ser que lo acuñó el propio James Maliszewski en una crítica ante la posibilidad de que la clase del Guardabosques pudiera dejar de lanzar conjuros en D&D 4ª edición.
El principio "D&D siempre tiene razón" se aplica cuando al aprender un nuevo sistema de juego nos encontrarnos ante una regla que creemos no tienen sentido, o al menos cuyo objetivo nos resulta oscuro. Muchos tendemos a pensar que la regla en cuestión está "mal" o no encaja con nuestra forma de juego, es decir, que el autor no tenía ni idea de lo que estaba haciendo al introducirla y que se puede sustituir con total seguridad por una modificación de nuestra cosecha. Sin embargo, el principio vendría a recordarnos que antes deberíamos tomar un poco de distancia y asumir que el diseñador realmente estaba buscando algo y que, simplemente porque ese algo no sea inmediatamente obvio, no quiere decir que no esté ahí.
A mi modo de ver se diferencia de "Juega tal cual está escrito" (play as written) en que lo que aquí se busca es poner de manifiesto que las reglas no son elementos atómicos sin relación entre sí. Normalmente los diseñadores de un juego buscan emular un determinado estilo de juego o producir determinadas sensaciones a través de las reglas que diseñan, y que combinadas, como si de un castillo de naipes se tratara, nos intentan aupar hacia esas metas. Por tanto, al quitar (o añadir) una determinada regla, nunca está de más que tengamos claro que estamos perdiendo o como estamos debilitando nuestro entramado de reglas.
Este principio trasciende a los juegos de rol, y de hecho lo veo con claridad en mi ámbito profesional (que ahora mismo no viene a cuento). Es por eso que desde hace tiempo que soy un firme defensor del principio. ¿Quiere eso decir que estoy en contra de las modificaciones a los sistemas? ¡Pues claro que no! Una vez adquieres un juego de rol es tuyo y puedes hacer con él lo que creas conveniente. Lo que sí digo es que antes de modificarlo no estaría de más tratar de responder a la pregunta ¿por qué se hace esto así? Pero como es más fácil decirlo que hacerlo, aquí les traigo un ejemplo práctico de como yo mismo me cargo el principio a las primeras de cambio. Sirva como aviso a navegantes.
En mi última entrada escribía una pequeña crónica sobre mi paso por las Rol en Quart 2017. Para las jornadas preparé una partida basada en la mítica aventura C1 The Hidden Shrire of Tamoachan. Por si no lo saben, esa aventura se utilizó en uno de los primeros campeonatos de D&D, allá por 1979. Pensé por tanto que podría encajar muy bien en unas jornadas. La aventura está pensada para 5-7 jugadores de nivel 3-7, que en mi caso quedaron al final en 8 personajes de nivel 3 para Eirendor (cada nivel en Eirendor equivale más o menos a dos niveles en D&D).
Pues bien, la aventura es realmente extensa al contar con unas 55 localizaciones, pero las reglas de torneo hacen mención a que el tiempo del que disponen los jugadores es de dos horas para encontrar la salida. Hace incluso hincapié en que detenerse extensivamente buscando tesoro o peleando es contraproducente. Como base para nuestro "castillo de naipes" de reglas, la aventura incluye una niebla venenosa que llena todo el lugar. Los jugadores son conscientes del veneno y sus efectos desde el primer segundo. Para los enemigos que son difíciles de evitar, se encuentran en el camino hacia la salida, se establecen motivaciones y opciones de interacción para evitar combatir y el gasto de tiempo asociado. Por último, la tabla de puntuaciones premia a quien recorra el mayor número posible de habitaciones, pues cada habitación es una nueva oportunidad de ganar puntos (algo que los jugadores también saben de antemano).
En mi caso decidí no utilizar la tabla de puntuaciones. No tenía sentido hacerlo para una única partida. Al fin y al cabo no estábamos en un torneo. Por la misma razón pensé que no tenía sentido la limitación de las dos horas. Y la siguiente decisión también fue inmediata: sustituir la niebla venenosa por una niebla que modificaba los efectos de los conjuros lanzados. Una modificación de mi cosecha.
Pueden imaginarse como acabó la cosa. Sin el veneno y sin la limitación de las dos horas de partida, los jugadores avanzaron con mucha precaución, al fin y al cabo no tenían prisa. Pero además, en las situaciones donde el combate podría haberse evitado, tampoco tuvieron un gran incentivo para explotarlo. Ocho personajes de nivel alto bien se pueden meter en combate contra un bicho gordo si no tienen problemas de tiempo. El resultado fue que la aventura avanzó realmente lenta, y aunque el resultado no fue malo, terminamos apenas con 15 habitaciones recorridas en poco más de dos horas. Total que con mis modificaciones me cargué todo el andamiaje que tenía la aventura para que los jugadores trataran de avanzar lo más rápido posible. No entro a valorar si esas reglas son buenas ni si hay alternativas mejores que hubieran proporcionado el mismo resultado, al fin y al cabo digo yo que habrá buenos diseños y malos diseños, como en todo. No se trata de eso, no. Se trata de que al realizar modificaciones sin haber analizado un poco como estas estaban afectando a la aventura, conseguí una cosa diferente a la que seguramente tenía el diseñador en mente al crearla. Si la aventura no resultó como esperaba, probablemente sea culpa exclusivamente mía, al fin y al cabo, el D&D siempre tiene la razón ¿no?
Muy buen artículo, aunque personalmente habría concluido de otra manera:
ResponderEliminarAl modificar las reglas o ciertas estadísticas, lo que realmente estamos es Alterando la experiencia de juego. Puede ser positiva o negativamente. Un claro ejemplo de la alteración de la experiencia por el manejo y cambio de las reglas se encuentra en los retroclones de D&D. Para algunos serán cambios positivos y para otros negativos.
Saludos!
Totalmente cierto. Lo que ocurre es precisamente eso, que si el resultado es bueno o malo depende de la percepción de cada grupo de jugadores. Para mi lo importante es que si vas a introducir un cambio, te pares primero a ver que faceta del juego vas a alterar. Por ejemplo, si retiras los ataques de oportunidad porque sobre el papel son un engorro ¿qué parte del juego se ve afectada? Quizás sea el combate táctico. Si esa faceta no es muy importante para el grupo, probablemente el cambio se perciba positivamente. Pero si el grupo sí gusta del combate táctico, quizás no sea tan buena idea eliminar la regla. Especialmente si luego le vas a echar la culpa al juego y va a decir que "no es tan táctico como pensábamos". Es solo un ejemplo inventado sobre la marcha, pero espero que sirva para ilustrar el punto.
EliminarGenial entrada, cabo. Este es un tema que me gusta mucho y que tiene su miga. Con Savage Worlds pasa algo muy parecido: el sistema es sencillo y tiene muchas reglas que a primeras pueden parecer algo raras (o, al menos, diferentes) y no son pocos los que cogen y cambian las reglas al poco de jugar. Y el gran consejo de la comunidad de Savage es siempre igual 'Vale, la idea parece buena pero primero juega al juego tal cual, pilla rodaje y ya hablaremos'. Y me parece un gran consejo, válido para muchos juegos.
ResponderEliminarHola Nirkhuz. Me alegro de que te haya gustado la entrada. Sé muy bien a lo que te refieres, puesto que como sabes soy nuevo en el mundo de Savage Worlds y he sentido el impulso de cambiar/alterar reglas para "facilitarme" la existencia. La pena es que los manuales no vengan con una sección de comentarios del diseñador al estilo de las ediciones especiales de los DVD, donde el director te cuenta por qué una determinada toma se hizo así o asá. Unas notas sobre la razón de ser de cada regla serían de una utilidad inmensa.
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