jueves, 12 de septiembre de 2019

LES 2019

El fin de semana pasado tuvieron lugar las Ludo Ergo Sum, unas jornadas estupendas que se organizan en Madrid sobre juegos de mesa y juegos de rol, alcanzando con la de este año su edición doceava. Por segundo año consecutivo pudimos escaparnos, así que aquí les dejo con una pequeña reseña de nuestro paso por ellas.

El emplazamiento


Este año las jornadas tuvieron lugar en un emplazamiento nuevo llamado La Nave, en  el barrio de Villaverde. El recinto muy bien, algo mejor de sonoridad que el del año anterior, mejor instalación de cafetería y baños, bien de aparcamiento, y por lo que escuché bien comunicado por transporte público. Lamentablemente el tema de restauración y plazas hoteleras no queda en tan buen lugar. Olvídense de reservar una habitación y poder ir andando hasta el recinto. El hotel más cercano queda a poco más de 6 km y unos 30 minutos por transporte público, que no es una distancia insalvable para recorrerlos andando, pero ya les digo que la zona no invita a transitarla de noche.

Impresionante foto del interior que me llega gracias a Eban de Pedralbes

Llegada y acreditación


Nuestro plan de viaje no varió mucho con respecto al del año anterior. Quedamos a las 6:30 de la mañana para salir en coche hacia Madrid (media hora más tarde que la vez anterior, que ya vamos teniendo una edad como para despreciar unos minutos extra de sueño). El viaje transcurrió sin incidencias y a las 9:45 ya estábamos en la cola para entrar al recinto. Miramos a nuestro alrededor y no vimos ningún bar cercano. Adiós a nuestro objetivo de hacernos con un café mientras esperábamos en la cola.

La comitiva valenciana. De derecha a izquierda: Lassar Layam, Tryol, Lupentan y un servidor.

Teníamos muy claras nuestras preferencias para apuntarnos a las partidas, pero nada más entrar resultó que el sistema web se había caído y tocaba hacer una nueva cola para apuntarse. Los minutos fueron pasando, y cuando ya estábamos cerca de que tocara nuestro turno, anunciaron que ya volvía a funcionar la aplicación. Para nuestra consternación las plazas volaron en segundos, y nuestro grupo se separó al apuntarse cada uno a lo que pudo.

Con el tiempo pegado ya a los talones, me pedí un café y un bocadillo en la cafetería, por aquello de comer algo antes de sentarse a jugar. Recuerden que llevábamos en pie desde las seis de la mañana. Me gustaría comentar como nota adicional, que la máquina "Dolce Gusto" y su capacidad para hacer café con leche a partir de una cápsula única deberían estar prohibidas por la Convención de Ginebra.

No tiene mala pinta, pero ese café sabe a rayos.

La partida del sábado por la mañana


Tryol (Juan Carlos) y Lassar (Luis) recalaron en una partida de Far West, mientras Lupentan (Ricardo) se sentó en la de Leyendas de Arkham dirigida por el bueno del Capitán Mordigan. En mi caso me apunté a la partida de Aventuras en la Marca del Este dirigida por Pedro Gil, La Ciudad Perdida. Es un módulo que tengo la suerte de poseer en su versión inglesa y que tengo muchas ganas de que vea mesa. Obviamente conozco de que va el módulo a nivel general, pero no conocía los detalles del mismo y nunca lo había jugado. En la mesa coincidí con Turbiales (Román) y Xose Oscar (el bárbaro ariete).

Al fondo se aprecia la copia en español del módulo, publicada por Dalmau.

Lamentablemente, y debido a problemas de horarios, la partida terminó sobre la una. Nuestro aguerrido grupo de seis aventureros apenas dispuso de dos horas de juego para explorar el enclave, aunque eso no evitó que hubieran no pocos momentos muy buenos. Personalmente me quedo con la descripción que hizo Pedro Gil de unos escarabajos de fuego. Dudé hasta el final de si nos estábamos enfrentando a la criatura que yo creía o nos encontrábamos ante algo nuevo y más peligroso. Chapó. Por si fuera poco, al final nos obsequió a cada uno con una aventura de Clásicos de la Marca autografiada. Todo un detalle. En mi caso me quedé con la que creo que es precisamente un homenaje a La Ciudad Perdida: El Orbe de Amonhotep.

Y para mejorar aún más las cosas, a lo largo de la mañana se nos unió Frank W. Stonecraft (Víctor). Un viejo amigo de nuestra mesa de juego prehistórica que por razones varias vive exiliado en Madrid. Como mi partida terminó pronto, fuimos juntos a visitar el mercadillo, pero vista la cola y como pegaba el sol, desistimos del intento.

Si no tenéis las aventuras de Clásicos de la Marca no sé a qué estáis esperando.

La comida


Terminadas todas las partidas, fuimos comentando como nos había ido a cada uno mientras nos uníamos a Variable, Ashamu, Alfredo Tercero, Eneko Palencia, Enric Muraday, Hector D. Rúiz, Capitán Mordigan y algunos compañeros más de afición. Intentamos hacernos con unos bocatas para llevar de un bar cercano, pero para esa hora todo parecía colapsado. Total que Variable se sacó de la manga la idea de pedir pizzas para que nos las trajeran, y así nos hicimos con una alijo de doce pizzas para el grupo. No está nada mal. Muchas risas, y demasiado queso después, se habían hecho las 4 y tocaba prepararse para las partidas de la tarde. Por segundo año consecutivo participaría como juez en el torneo de Eirendor y quería tenerlo todo listo antes de que llegaran los jugadores.

La partida de la tarde


Tras preparar los últimos detalles con Variable y los otros tres jueces (Turbiales, Mr. Demonio y Capitán Mordigan) lo dejamos todo listo para comenzar el torneo. Este año Lupentan y Tryol prefirieron no presentarse de nuevo (buuuu), así que dejaron solo a Fernando (el campeón alicantino) en el intento de revalidar el título.

Variable y Ashamu prepararon una aventura muy interesante, con una situación inicial bastante original. Este año los jugadores interpretarían a varios tipos de criaturas feéricas asaltando un aserradero humano. Además introdujeron pequeños cambios en la dinámica del torneo lo que creo que fue una grata sorpresa para los jugadores que repitieron.

En mi mesa comenzaron los "Kiss Faéricos", no con muy buen pie he de decir, pero fueron capaces de remontar a base de darle al coco al mejor estilo OSR. Entre sus integrantes contaban con Fernando y un finalista del año pasado (me sabe fatal pero no recuerdo su nombre). En la última ronda hubo cambio de árbitros y me tocó el equipo de los Enekos; con Eneko Palencia, Alfredo Tercero y Enric Muraday. Iban en cabeza, pero la suerte no les sonrió en la última fase y los Kiss Faéricos terminaron por alzarse con la victoria. ¡Fernando comienza así su leyenda como jugador imbatido!

Los Kiss Faéricos preparados para comenzar el torneo: silencioso, dormilón y sangriento. Tres gorros rojos de cuidado.

En cualquier caso lo importante era pasárselo bien, y creo que los jugadores lo hicieron. Yo al menos me lo pasé como un enano, de forma que solo puedo subscribir lo que dije el año pasado sobre los torneos. Además me alegro un montón de que Capitán Mórdigan pudiera estar presente, seguro que con ello se ha podido quitar la espina del año pasado.

De derecha  a izquierda: un servidor, Variable, Capitán Mórdigan, Mr. Demonio y Turbiales. Los "seis" árbitros del Apocalipsis. Solo Turbiales sabe por qué son seis.

Cerrando el sábado


Terminado el torneo y el resto de partidas, tocaba cenar algo. Nos despedimos de nuestro amigo Frank, que se debía a sus responsabilidades parentales, y pasamos por el hotel para hacer el "check-in" y adecentarnos un poco. Un rato después compartíamos una cena la mar de animada con varios integrantes del grupo de la comida. El lugar muy bueno, pero ¡Ay! no todo podía ser perfecto, y nos dijeron que los viernes y los sábados no servían café (luego dicen que los locos son los valencianos). Me pregunto a que dios he de rezar para conseguir un café decente durante las LES. El año que viene me llevo el termo :)

Partida del domingo por la mañana y cierre


El domingo por la mañana el sistema para apuntarse a las partidas funcionó como un reloj. Todos pudimos apuntarnos a lo que quisimos e incluso pudimos pasarnos por el mercadillo, aunque ya se imaginarán que no quedaba nada demasiado suculento. Preparados para finalizar nuestra andadura por la LES, Lupentan y yo nos preparamos para jugar una partida de Aventuras en la Tierra Media (las reglas y la aventura no defraudaron ni un ápice). Mientras, Lassar disfrutó de una partida de Walhalla y Tryol pudo probar Symbaroum como jugador (dice que su partida fue un gran ejemplo de agendas ocultas y "puteo" entre jugadores, ¡miedo me da!).

Mapa del entorno de Bree y la ficha de mi enano erudito.

Al finalizar las partidas tocó despedirnos con gran pesar de los amigos que aún pudimos ver por el lugar y emprender nuestro camino de vuelta a casa.

Una valoración final


Sé que suena un poco manido, pero igual que el año pasado, debo decir que los voluntarios que hacen de las LES algo real se merecen un diez, sin paliativos. Pese al problema de la falta de alojamiento cercano creo que el nuevo emplazamiento es mejor que el del año anterior. Mi sensación es que ha hecho menos calor, las colas se han movido mucho más rápidas y la cafetería era un pequeño remanso de paz muy de agradecer.

Pero por encima de todo me lo he pasado como un enano. Y de eso va todo esto. No solo es que haya pasado un fin de semana disfrutando de mi afición favorita con mis amigos de toda la vida, además he podido poner cara a muchos de esos compañeros con los que cruzas palabras a diario en redes sociales, verdaderos "cracks" con los que he podido reírme lo que no está escrito, y con los que espero reencontrarme en futuras ediciones de este "sarao". El año que viene más.