jueves, 22 de febrero de 2018

Diario de Campaña: Sesión 32 (la luz al final del túnel)

Sesión 32


Volkas el mago regresa a la Posada del Dragón Plateado donde le esperan el resto de sus compañeros. No tarda mucho en ponerles al corriente de lo descubierto en las inmediaciones de "El Pozo". El grupo decide que intentarán una incursión aunque primero probarán a obtener algo de información.

Ya por la mañana, tras el desayuno, los Valientes de Volkas vuelven a la gran biblioteca. Una vez más le piden ayuda a Luel, pero esta vez no puede ayudarles. El grupo está interesado en obtener los planos del alcantarillado pero esa información la custodia el gremio de cuidadores y mantenedores de las alcantarillas, y no es pública. No solo porque el gremio sea celoso de sus secretos -que también-, sino porque las alcantarillas se consideran material militar sensible y no está disponible públicamente.

No deseando llamar más la atención, nuestros aventureros deciden continuar con sus planes de incursión sin obtener los planos. Esa misma noche Volkas guía al grupo hasta el callejón, y tras asegurarse de que no hay guardias, tratan de abrir la tapa de la alcantarilla. No tienen suerte. Las tapas tienen una especie de cerradura que solo puede abrirse con la herramienta apropiada. Como no creen que sea buena idea tratar de forzarla, tomas notas sobre el tipo de herramienta que podría abrir la cerradura y a la mañana siguiente visitan a un herrero. Mediante el pago apropiado obtienen una herramienta que creen les servirá en sus propósitos.

Esa noche vuelven al callejón y por fin abren la tapa. Unas escaleras de piedra sólida les dan la bienvenida. No tardan en llegar a una especie de vestíbulo o antecámara. Está iluminada por antorchas y muestra dos pasillos francos y dos puertas cerradas. Una de ellas bloqueada con maderas y con el símbolo del gremio de cuidadores de las alcantarillas.

Nuestros aventureros deciden investigar uno de los pasillos. Está claro que el lugar se usa con cierta regularidad, así que mejor si no se quedan mucho tiempo en un mismo sitio. No tardan en llegar a una sala triangular con dos puertas. Parece algún tipo de antecámara. El grupo se dirige a la que parece ser la puerta principal, y al intentar abrirla, Delar activa una trampilla que suelta aceite hirviendo sobre sus cabezas. Por suerte los aventureros están entrenados para estas lides y esquivan la trampa sin tener que lamentar grandes daños.


Una gran sorpresa les aguarda al otro lado. Efectivamente han descubierto una capilla. En una de las paredes hay pintado un gran círculo rojo muy parecido al símbolo que los gnolls y los esclavistas llevaban con ellos. Pero lo que de verdad les llama la atención está en el centro de ese ojo. En una hornacina está la piedra negra que encontraron en casa del enano Dorshak y que le entregaron al desaparecido Zarik. La piedra aún despide destellos de colores, aunque son menos intensos que cuando encontraron la piedra por primera vez. Si tenían alguna duda de que el lugar es peligroso, este hallazgo termina por convencerles de que es mejor que salgan de allí cuanto antes. Un poco después escuchan voces mientras se encuentran en una habitación próxima. Sin embargo las voces parecen desaparecer en algún punto del pasillo que lleva hasta la habitación. Sin duda hay alguna puerta secreta en las inmediaciones.

Mientras exploran ese pasillo, descubren una especie de pozo que da a un nivel inferior de las alcantarillas de la ciudad. Parece que el pozo se utiliza como sumidero para la basura y entre los desperdicios encuentran trozos del uniforme de Coran. Poco después activan una trampa de pozo no muy lejos de allí y unos gnolls guardianes terminan por hacer sonar algún tipo de alarma. Para empeorar las cosas ven como el trol gladiador que ya conocen se une a los gnolls, y por el otro lado del pasillo aparecen dos figuras más. Una les resulta familiar: es Zarik, aunque su cuerpo ha sido corrompido y alterado de alguna forma hasta convertirlo es un monstruo. La otra figura lleva una calavera como máscara y varios símbolos que lo identifican como un clérigo de Nerull el Segador.

Nuestros aventureros les hacen frente con decisión, pero pronto se convencen de que la situación es desesperada y de que es cuestión de tiempo que los sobrepasen. Por eso toman la decisión de lanzarse por el pozo y huyen por las alcantarillas.

Los Valientes de Volkas han conseguido sobrevivir, aunque Coran no parece que tuviera tanta suerte, y lo que es peor, tras varios meses parece que la terrible piedra imbuida de esencia del caos que corrompió a Dorshak se ha vuelto a cruzar en su camino...