sábado, 14 de julio de 2018

Diario de Campaña: Sesión 36 (Asalto a la guarida)

Nuestros aventureros seguían en Falcongrís tras sus últimas peripecias. Habían conseguido informar a Sental y lograr de este el compromiso de que 12 guardias de la ciudad acompañaran a Los Valientes de Volkas hasta la guarida de los esclavistas.

A la mañana siguiente, ya restablecidos del cansancio de la jornada del día anterior, se levantaron pronto y salieron por la puerta principal camino hacia Torreón del Vado. Tras media hora de comino, se toparon con los hombres que Sental les había prometido: doce guardias a las órdenes del sargento Naron. La compañía abandonó entonces el camino y se dirigió dando un gran rodeo hacia el sur. Volkas recordaba que había un grupo de árboles cerca de la entrada al cañón, y tras comentarlo con Delar, parecía la mejor ruta de aproximación para evitar posibles guardias. Lamentablemente ese plan implicaría un cierto retraso, pero nuestros aventureros estaban dispuestos a asumir el riesgo.


Una vez en la zona, Volkas volvió a utilizar su conjuro de invisibilidad para aproximarse a la entrada del cañón. De la carreta de Mende no había rastro, así que pensó que se habría marchado. Ya estaba apunto de regresar junto a sus compañeros cuando se percató de dos cosas importantes, por un lado  pudo ver a una pareja de gnolls haciendo guardia en la arboleda del noreste, y por otro observó como un cuervo llegaba desde el norte y se internaba en la cueva. Volkas se convenció de que era un ave enviada por algún espía desde Falcongrís. Había que moverse con rapidez.

Tras compartir las últimas noticias con el resto del grupo, se acordó atacar sin más dilación. Empezaba a hacerse de noche, pero aún quedaba algo de luz, y cuanto menos tiempo dieran a los defensores para prepararse más probabilidades tenían de ganar el enfrentamiento. Así el grupo avanzó desde la arboleda directamente hacia la entrada del cañón. Llegando ya a la entrada del mismo, sonó una especie de alarma y pudieron ver a un grupo de orcos saliendo de la arboleda noroeste, un grupo de gnolls saliendo de la arboleda noreste, y otro pequeño contingente que salía de la cueva en el fondo del cañón. Las fuerzas de Falcongrís también se dividieron en tres unidades, pero se dirigieron rápidamente contra los humanos que acababan de salir de la cueva. Entre ellos estaba Mende y la criatura en la que se había convertido el maestro joyero Zarik. Una bola de fuego de Volkas y las flechas de Delar se encargaron de los bandidos, los soldados de Falcongrís cargaron contra Mende, que poco pudo hacer contra cuatro guerreros, mientras tanto nuestros aventureros se centraron en luchar contra Zarik.

En ese momento un pesado silencio cayó sobre el grupo. No tardaron en identificar a una mujer que iba junto a los orcos, que sin duda era algún tipo de clériga o sacerdotisa. En cualquier caso la táctica de los atacantes funcionó a la perfección. Para cuando los grupos de gnolls y orcos llegaron a la entrada del cañón, no quedaba rastro de los bandidos, y Zarik no tardó en caer también. Los gnolls no se amilanaron y cargaron contra los soldados, mientras los orcos emprendían la huida. La sacerdotisa no llegó muy lejos y fue abatida por los conjuros de Volkas. Los gnolls, en clara inferioridad, no tardaron en sucumbir también. Solo los orcos lograron huir para combatir otro día. Los guardias de Falcongrís estaban exultantes, apenas habían tenido bajas. Ahora podían explorar la cueva y descubrir los secretos de la secta de esclavistas...

Notas del DJ


Para este enfrentamiento tenía preparado un listado con los eventos de lo que iría ocurriendo a lo largo del día en el enclave de los esclavistas. Los jugadores -por una vez- hicieron lo que yo pensaba que harían, y para el enfrentamiento había preparado las reglas de combate de masas de Swords & Wizardry. Me vinieron bien, pero lo cierto es que se quedan cortas para resolver varias de las situaciones que pueden ocurrir en este tipo de enfrentamientos. Al final, como todos somos jugadores de Warhammer, rellenamos los huecos con las reglas de ese wargame.  La cuestión es que me ha picado la curiosidad por este tipo de sistemas, y me gustaría echarle un vistazo a las reglas que publicó TSR en su día (Battle System).  Por lo visto el diseñador fue Douglas Niles, creador de la aventura Against the Cult of the Reptile God, una de las primeras aventuras que utilicé en mi campaña actual de Falcongrís y que me parece realmente buena.

sábado, 7 de julio de 2018

Diario de Campaña: Sesión 35 (siguiendo el rastro)

En nuestra última sesión, los aventureros llegaron a Torreón del Vado y pusieron en práctica un sencillo -aunque efectivo plan- para descubrir a un supuesto espía. Tras partir hacia el sur escoltando a Mindi, fueron atacados por un grupo de gnolls, y el grupo terminó haciendo prisionero a uno de ellos.

Con el gnoll aún inconsciente, Volkas se retiró junto a Mindi a meditar y poder así recuperar algo del poder gastado. El resto del grupo trataba mientras de devolver la consciencia a Raon y Delar. En ese momento Mindi sacó una daga y se la puso en el cuello a Volkas, exigiendo a Jidra y Mylon que liberaran al gnoll. Fue un giro en los acontecimientos que sin duda el grupo no esperaba. Sin embargo estaba claro que la mujer no era una aventurera experimentada, y con un movimiento hábil, Volkas se zafó lo suficiente como para que el grupo pudiera reducirla y amordazarla. Un poco después  despertaron Raon y Delar, que fueron puestos al corriente de los últimos acontecimientos sin dilación.


Con el grupo al completo llegó el momento de tratar de sacar algo de información a los presos. Con dos clérigos en el grupo, Volkas pensó que no sería muy complicado hacerles hablar, pero para su sorpresa, el gnoll resultó ser un cautivo muy resistente del que apenas pudieron sacar nada de información. Con Mindi el asunto fue mucho mejor. Todo parece indicar que fue hechizada, por Mende casi con toda seguridad, durante una visita con su familia a Torreón del Vado. El grupo se convenció de que Mende era por tanto el espía de los esclavistas. Además Mindi les contó que en varias ocasiones se habían separado del camino entre Torreón del Vado y la ciudad de Falcongrís, aunque no podía darles muchos detalles, ya que las imágenes y recuerdos estaban algo nebulosos en su mente, y a que en esas ocasiones le cubrían los ojos con una venda. Lo que sí podía decirles era que en ningún momento habían cruzado el río.

La historia de Mindi contradecía la información que Sental les había dado, ya que nuestros aventureros esperaban que la base de los bandidos estuviera en algún punto al noroeste de Torreón del Vado, una vez cruzado el Selintán. En cualquier caso el siguiente paso parecía pasar por regresar a Torreón del Vado y seguir de cerca a Mende. Mindi por su parte pidió que la liberaran para poder seguir camino al sur y regresar a su pueblo en la Costa Salvaje, con la esperanza de reencontrarse con su familia. El grupo, convencidos de que Mindi no había mentido, la liberaron y se despidieron de ella.

El grupo se apostó en las inmediaciones del camino que llevaba a Torreón del Vado. Creyeron que si Mende era el espía que había avisado a los gnolls, probablemente partiría poco después de que el grupo hubiera caído preso. Antes del medio día, una carreta en la que iba subido Mende pareció darles la razón. La carreta siguió camino hacia la ciudad de Falcongrís, y el grupo la siguió a una distancia prudencial, con Volkas algo adelantado haciendo uso de su conjuro de invisibilidad.

Llegados a un punto del camino, con Torreón del Vado ya lejos, la carreta abandonó la calzada y se internó campo a través, en dirección al sur. Hasta ahora todo encajaba con lo que Mindi les había contado. Los Valientes de Volkas no tardaron en llegar hasta la entrada de un pequeño cañón siguiendo el rastro, en cuyo fondo se adivinaba la entrada a una cueva. Tras meditarlo un poco, decidieron que lo mejor era dirigirse a toda prisa a Falcongrís, informar de lo que habían averiguado y regresar con refuerzos.

Les llevó algo más del tiempo que les hubiera gustado, pero al final se entrevistaron con Sental y le pusieron al corriente de sus hallazgos. Sental les prometió un grupo de 12 guardías que se unirían al grupo en las afueras de la ciudad a la mañana siguiente. No podía hacer mucho más si quería que la operación se mantuviera secreta, quien sabe que espías podían aun conservar los esclavistas en Falcongrís, si alguien como el enviado del gremio de los comerciantes en Torreón del Vado trabajaba para ellos. Era el momento de retirarse a descansar y preparar el plan para asaltar la base secreta de los esclavistas...