sábado, 7 de julio de 2018

Diario de Campaña: Sesión 35 (siguiendo el rastro)

En nuestra última sesión, los aventureros llegaron a Torreón del Vado y pusieron en práctica un sencillo -aunque efectivo plan- para descubrir a un supuesto espía. Tras partir hacia el sur escoltando a Mindi, fueron atacados por un grupo de gnolls, y el grupo terminó haciendo prisionero a uno de ellos.

Con el gnoll aún inconsciente, Volkas se retiró junto a Mindi a meditar y poder así recuperar algo del poder gastado. El resto del grupo trataba mientras de devolver la consciencia a Raon y Delar. En ese momento Mindi sacó una daga y se la puso en el cuello a Volkas, exigiendo a Jidra y Mylon que liberaran al gnoll. Fue un giro en los acontecimientos que sin duda el grupo no esperaba. Sin embargo estaba claro que la mujer no era una aventurera experimentada, y con un movimiento hábil, Volkas se zafó lo suficiente como para que el grupo pudiera reducirla y amordazarla. Un poco después  despertaron Raon y Delar, que fueron puestos al corriente de los últimos acontecimientos sin dilación.


Con el grupo al completo llegó el momento de tratar de sacar algo de información a los presos. Con dos clérigos en el grupo, Volkas pensó que no sería muy complicado hacerles hablar, pero para su sorpresa, el gnoll resultó ser un cautivo muy resistente del que apenas pudieron sacar nada de información. Con Mindi el asunto fue mucho mejor. Todo parece indicar que fue hechizada, por Mende casi con toda seguridad, durante una visita con su familia a Torreón del Vado. El grupo se convenció de que Mende era por tanto el espía de los esclavistas. Además Mindi les contó que en varias ocasiones se habían separado del camino entre Torreón del Vado y la ciudad de Falcongrís, aunque no podía darles muchos detalles, ya que las imágenes y recuerdos estaban algo nebulosos en su mente, y a que en esas ocasiones le cubrían los ojos con una venda. Lo que sí podía decirles era que en ningún momento habían cruzado el río.

La historia de Mindi contradecía la información que Sental les había dado, ya que nuestros aventureros esperaban que la base de los bandidos estuviera en algún punto al noroeste de Torreón del Vado, una vez cruzado el Selintán. En cualquier caso el siguiente paso parecía pasar por regresar a Torreón del Vado y seguir de cerca a Mende. Mindi por su parte pidió que la liberaran para poder seguir camino al sur y regresar a su pueblo en la Costa Salvaje, con la esperanza de reencontrarse con su familia. El grupo, convencidos de que Mindi no había mentido, la liberaron y se despidieron de ella.

El grupo se apostó en las inmediaciones del camino que llevaba a Torreón del Vado. Creyeron que si Mende era el espía que había avisado a los gnolls, probablemente partiría poco después de que el grupo hubiera caído preso. Antes del medio día, una carreta en la que iba subido Mende pareció darles la razón. La carreta siguió camino hacia la ciudad de Falcongrís, y el grupo la siguió a una distancia prudencial, con Volkas algo adelantado haciendo uso de su conjuro de invisibilidad.

Llegados a un punto del camino, con Torreón del Vado ya lejos, la carreta abandonó la calzada y se internó campo a través, en dirección al sur. Hasta ahora todo encajaba con lo que Mindi les había contado. Los Valientes de Volkas no tardaron en llegar hasta la entrada de un pequeño cañón siguiendo el rastro, en cuyo fondo se adivinaba la entrada a una cueva. Tras meditarlo un poco, decidieron que lo mejor era dirigirse a toda prisa a Falcongrís, informar de lo que habían averiguado y regresar con refuerzos.

Les llevó algo más del tiempo que les hubiera gustado, pero al final se entrevistaron con Sental y le pusieron al corriente de sus hallazgos. Sental les prometió un grupo de 12 guardías que se unirían al grupo en las afueras de la ciudad a la mañana siguiente. No podía hacer mucho más si quería que la operación se mantuviera secreta, quien sabe que espías podían aun conservar los esclavistas en Falcongrís, si alguien como el enviado del gremio de los comerciantes en Torreón del Vado trabajaba para ellos. Era el momento de retirarse a descansar y preparar el plan para asaltar la base secreta de los esclavistas...

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