jueves, 21 de mayo de 2020

Los Vengadores de Boccob 37

En nuestra última sesión abandonamos a los aventureros después de que tomaran la determinación de abandonar Falcongrís y proseguir viaje hacia Hommlet. Veamos como les ha ido el viaje.

Muchos encuentros


Pese a que la decisión estaba tomada, los Vengadores de Boccob aún retrasaron su partida una semana. Ese fue el tiempo requerido para poder forjar un martillo especial para Finan, un arma con magia imbuida que le permitiese enfrentarse a cualquier peligro que el templo pudiera poner en su camino. Y es que el grupo sospechaba que probablemente se tendrían que enfrentar a criaturas poderosas a las que las armas mundanas no causarían daño. Esa era una lección que habían aprendido muy bien en sus correrías por Rappan Athuk.

Con el arma ya en su poder, el grupo tomó el viejo camino comercial del norte, evitando la linde oriental del bosque Nudoso y enlazando con el camino a Dyversa. Desde allí sus pasos los llevaron hasta las tierras del vizcondado de Verbobonc, y en concreto hasta una pequeña aldea nacida al calor del cruce da varias rutas comerciales: Hommlet.



Su primera parada fue el gran templo de San Curthbert, bastante más grande de lo que una aldea de aquellas dimensiones parecía necesitar. Allí entablaron conversación con el diácono Terjon que los puso al día sobre las tribulaciones por las que pasaban aquellas buenas gentes. Y es que como pasará ya hacía años, los caminos volvían a ser inseguros y los humanoides se estaban volviendo más y más atrevidos. Puesto que el grupo parecía deseoso de lanzarse a la aventura, el diácono los emplazó a una reunión esa misma noche en la posada. Tal vez San Cuthbert había escuchado sus plegarias y había mandado aquel grupo en su ayuda.

Ya por la noche, nuestros aventureros se presentaron ante el consejo de la ciudad. Pasaron un mal rato intentando recordar los nombres de todos los allí presentes:
  •  Kenter Nevets. el anciano cabeza del consejo.
  •  Jaroo, druida y miembro prominente de la vieja fe.
  •  Terjon, clérigo principal de San Curthbert.
  •  Hroth Renton, capitán de la milicia.
  •  Ostler, dueño de la posada junto a su mujer Glora.
  •  Mytch el molinero.
  •  Burne, un mago aventurero de bastante fama en la zona.
  •  Rufus, otro aventurero compañero de Burne.

De la boca de varios de ellos obtuvieron no poca información valiosa:

  • Varias caravanas de comerciantes habían sido asaltadas durante el último año. También habían desaparecido habitantes de las granjas más distantes y aisladas. Todo parecía indicar que se debía a ataques de humanoides procedentes del bosque Nudoso.
  • Los humanoides habían atacado la propia villa hacía apenas una semana, raptando a una de las camareras de la posada (Esmeralda) y prendiendo fuego a las obras en marcha para dotar a la villa de una fortaleza.
  • Un grupo de aventureros presente consiguió evitar que la incursión ocasionará más daños, y junto a un explorador local llamado Elmo, que resultó ser hijo del capitán de la milicia y tener bastante fama de bebedor, se dirigieron al este para tratar de rescatar a Esmeralda. El grupo de aventureros, llamado los Puños de la Frontera, no había vuelto, tampoco Elmo.
  • El grupo de aventureros se había dirigido hacia la vieja Barbacana que un día sirviera de puesto avanzado para los seguidores del templo del mal elemental, pues era un sitio ideal desde el que lanzar el ataque que la villa había sufrido. Parecía por tanto lógico que los Vengadores de Boccob empezaran por allí.
  • También escucharon que Terjon se había hecho cargo de la iglesia después de la misteriosa desaparición de la abadesa, verdadera cabecilla de la iglesia de San Cuthbert en Hommlet.
  • Todos parecían temer, probablemente con razón, que el templo del mal elemental volviese a estar activo en la zona. Cerca de su emplazamiento existía una ciudad de renegados y huidos llamada Nulb.

Toda esta información bullía en las mentes de nuestros aventureros cuando a la mañana siguiente se encaminaron hacia el este para seguir los pasos de los Puños de la Frontera. ¿Compartirían un mismo destino?...

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