jueves, 3 de febrero de 2022

Los Vengadores de Boccob 63-64

Algo cortos de recursos, nuestros valientes aventureros continuan explorando el interior del terrible templo del mal elemental. El enfrentamiento con el golem de metal había sido duro, pero superarlo les había conferido aún más confianza en sus habilidades.

La importancia de mantener los pies secos

El área había quedado expedita de enemigos y el grupo se había dispersado en su caza de tesoro. Markus quedó prendado de un gran tapiz que mostraba una tormenta marina. No tardó en darse cuenta de que la figura de un gran kraken parecía estar formándose en dicho tapiz. Fue entonces cuando oyó la voz de un elfo marino que decía estar atrapado en el estanque del centro de la sala. Markus no tardó en descubrir que se trataba de una elaborada ilusión, aunque para entonces ya había introducido los pies en el estanque, lleno de ácido.

No sería el último de nuestros aventureros en padecer a mano de los peligros aún presentes en el templo. Galiard, poco después, se enfrentaba a una sombra que parecía proteger una ruta de descenso. La terrible criatura comenzó a absorber la fuerza de nuestro mago, dejándolo muy debilitado. Por suerte Finan pudo expulsar al ser, y cuando la sombra se recuperó y regresó, el grupo ya estaba sobre aviso y no tuvieron problemas para desembarazarse del peligro.


Los recursos del grupo habían menguado hasta un nivel muy bajo, pero Markus convenció al grupo para seguir explorando el resto de estancias de aquel nivel del templo. Por lo que fuera, no tenía ninguna prisa por descender a un nuevo nivel.

Así llegaron hasta una sala con una gran cisterna de agua. Un rastro de criaturas trasgoides los había conducido hasta allí. Por alguna razón, un numeroso grupo de osgos había tomado sus armas a toda prisa y se había encaminado hacia aquí. Los tentáculos de un otilugh les dio una posible solución al misterio. Juku y Markus recibieron varias heridas en el enfrentamiento, y en varias ocasiones, estuvieron apunto de terminar en la boca de la criatura. Pero Galiard, aún escocido por el enfrentamiento con la sombra, desató una terrible tormenta de proyectiles mágicos que doblegó al ser. Eso sí, este enfrentamiento había terminado del todo con los recursos de nuestros aventureros.

No quedaba otra que retirarse a descansar, no sin antes explorar el estanque del otilugh y recuperar del mismo una espada corta mágica. Por lo que pudo averiguar Galiard, se trataba de una hoja envadurnada en un veneno mágico permanente. Un buen trofeo que terminó por engrosar los pertrechos acarreados por Markus...



1 comentario:

  1. Que san Cuthbert, boccob y todos los dioses del firmamento nos protejan, porque este templo está lleno de sorpresas y ninguna viene con papel celofán y lacitos...

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