domingo, 17 de enero de 2021

Los Valientes de Volkas 60

Los Valientes de Volkas continúan con su viaje por la infraoscuridad tratando de averiguar quién está detrás de los ataques de los gigantes. En nuestra última sesión los dejamos rodeados de enemigos y sin tener muy claro por dónde continuar.

El templo subterráneo

Los aventureros esperaron hasta cerciorarse de que el terrible gusano púrpura no regresaba. Probaron alguno de los corredores cercanos, pero no parecían tener salida. Trols, drows y osgos pululaban a su alrededor, pero de momento la invisibilidad los seguía protegiendo.

El grupo usó el mapa de Mordenkainen para tratar de orientarse, y al final decidieron seguir la misma ruta que el gusano púrpura. La otra alternativa parecía ser el corredor por donde los saurios condujeron a la gran caravana de esclavos, y por alguna razón eso les pareció más peligroso. Sin embargo un orco se interponía en su camino, y nuestros a ventureros no tuvieron más remedio que eliminarlo. No había vuelta atrás, en cuanto se descubriera el cadáver aquello iba a ser un hervidero de enemigos. Por suerte nuestros aventureros pusieron tierra de por medio sin más contratiempos.

Unas horas después llegaban a una encrucijada marcada en el mapa, solo para ser recibidos por una terrible escena. Todo el lugar estaba sembrado de cuerpos desmembrados, siendo la mayoría pertenecientes a humanoides de aspecto marino, aunque también descubrieron con horror cuerpos de algunos desdichados humanos. No había señal alguna de qué enemigo había hecho tal escabechina, y por ese camino solo descubrieron huellas en la dirección de la que ellos venían. Por todo ello, nuestros aventureros decidieron utilizar una vez más Truco de la cuerda y recuperar energías antes de seguir avanzando. No parecía que el grupo de saurios con los esclavos hubiera pasado por ahí.

Con sus fuerzas restablecidas, avanzaron un poco más hasta dar con un río subterráneo. Un enorme anfibio humanoide parecía operar una barcaza. Mylon apeló a su Compresión Idiomática para hacerse entender, averiguando que más adelante se encontraba un templo erigido por una raza llamada Kuo-toa en honor a la Señora de las Profundidades. A continuación negoció el paso por el río y la compra de 4 conchas que los podían identificar como peregrinos camino del templo.

Como no las tenían todas consigo, el grupo activó su invisibilidad en las proximidades del supuesto templo, accediendo a una gran caverna con una pirámide escalonada rematada por la horrible figura de una mujer con rasgos de molusco. Gracias a su invisibilidad, se movieron sin problemas por la caverna, viendo que la sociedad kuo-toa gustaba de usar esclavos de la superficie, ya fueran estos humanos, orcos o incluso aspis.

No se quedaron para averiguar mucho más. Aunque después de abandonar la ciudad (y de soportar las quejas de vengadora), fueron alertados por cenizas de la posible posición de elfos oscuros en el pasaje. Eso no concordaba exactamente con el mapa que tenían, ¿se habrían equivocado de salida en el templo? El grupo decidió que era mejor recular y buscar otra ruta. Sin embargo en su camino de vuelta se toparon con una horrible criatura que se lanzó como una posesa contra Mylon. Los Valientes de Volkas sabían bien a qué se enfrentaban: se trataba de un monstruo oxidante. El grupo no tuvo problemas para acabar con el monstruo, aunque no antes de que la armadura de Mylon sufriera algo de daño.

Recuperados del combate, y de nuevo invisibles, se internaron en la caverna del templo... 

 

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