Nuestros aguerridos aventureros continúan con la investigación para rescatar a Jessil. En nuestra última sesión los dejamos a punto de asaltar una masía abandonada donde quizás se escondiera el bandido Talhar. Veamos como les salió el intento.
Una primera victoria
Ocultos aún entre la espesura del bosque, los Valientes de Boccob siguieron vigilando la vieja masía. Durante toda la noche y la mañana siguiente solo vieron a una persona, que llenaba un par de cubos con agua. Sí que pudieron oír a un perro, por lo que el hombre no estaba solo.
Tras meditarlo largo y tendido se decidieron a avanzar. Después de todo quizás el druida estaba equivocado y Talhar no se escondía en aquel lugar. Lamentablemente Markus empujó con su pecho un fino cordel que activó el ruido de unas campanas. Sin duda se trataba de una alarma. No tardaron en dispararles desde las ventanas varias saetas que no dieron en el blanco. Todo parecía complicarse, pues ahora los ocupantes de la casa estaban parapetados y sobre aviso.
De nuevo ocultos en el bosque, nuestros aventureros aguardaron a ver si podían ver a los vigilantes. Los bandidos fueron los primeros en actuar, pues se oyeron los gritos de mujer acompañados por la voz de un hombre que prometía matarla si los aventureros no se rendían.
Markus y Juku corrieron hacia una gran puerta lateral del edificio bajo los proyectiles enemigos. Markus llegó sin problemas pero Juku fue alcanzado en dos ocasiones. Por suerte Juku se mantuvo en pie y alcanzó la seguridad de la pared del edificio. Un momento después entraban en el interior y se enfrentaban a los bandidos. Efectivamente en el extremo más alejado de nuestros héroes se encontraba un bandido que mantenía a una mujer agarrada. Tres bandidos más lo protegían. Y por si fuera poco, avanzando hacia ellos, podían ver a un gran micónido.
Se entabló entonces un violento combate. Por suerte Heahmund no tardó en llegar para auxiliar a sus compañeros mientras Galiard se acercaba también hacia la puerta. El micónido se mostró bastante lento, de forma que los aventureros pudieron acabar con él sin muchos problemas, perdiendo la oportunidad de ganarse a los druidas como aliados. Juku estaba fuera de sí, lleno de rabia arrojó a un lado su escudo y cargó contra el jefe de los bandidos y uno de sus secuaces. Los bandidos vieron claramente la muerte reflejada en sus ojos. Tras ver caer al micónido y a varios de sus compañeros, su valor terminó por quebrarse y se rindieron. El combate había terminado y nuestros aventureros tenían en sus manos a Talhar y a uno de sus hombres, habían liberado a Jessil y habían terminado con al menos cuatro bandidos más. Estaban listos para cobrar la recompensa.
No les costó mucho llegar a Lagodiamante, pensando ya en volver a Rappan Athuk y tratar de recuperar los restos de su compañera Luel...
Tras meditarlo largo y tendido se decidieron a avanzar. Después de todo quizás el druida estaba equivocado y Talhar no se escondía en aquel lugar. Lamentablemente Markus empujó con su pecho un fino cordel que activó el ruido de unas campanas. Sin duda se trataba de una alarma. No tardaron en dispararles desde las ventanas varias saetas que no dieron en el blanco. Todo parecía complicarse, pues ahora los ocupantes de la casa estaban parapetados y sobre aviso.
De nuevo ocultos en el bosque, nuestros aventureros aguardaron a ver si podían ver a los vigilantes. Los bandidos fueron los primeros en actuar, pues se oyeron los gritos de mujer acompañados por la voz de un hombre que prometía matarla si los aventureros no se rendían.
Markus y Juku corrieron hacia una gran puerta lateral del edificio bajo los proyectiles enemigos. Markus llegó sin problemas pero Juku fue alcanzado en dos ocasiones. Por suerte Juku se mantuvo en pie y alcanzó la seguridad de la pared del edificio. Un momento después entraban en el interior y se enfrentaban a los bandidos. Efectivamente en el extremo más alejado de nuestros héroes se encontraba un bandido que mantenía a una mujer agarrada. Tres bandidos más lo protegían. Y por si fuera poco, avanzando hacia ellos, podían ver a un gran micónido.
Se entabló entonces un violento combate. Por suerte Heahmund no tardó en llegar para auxiliar a sus compañeros mientras Galiard se acercaba también hacia la puerta. El micónido se mostró bastante lento, de forma que los aventureros pudieron acabar con él sin muchos problemas, perdiendo la oportunidad de ganarse a los druidas como aliados. Juku estaba fuera de sí, lleno de rabia arrojó a un lado su escudo y cargó contra el jefe de los bandidos y uno de sus secuaces. Los bandidos vieron claramente la muerte reflejada en sus ojos. Tras ver caer al micónido y a varios de sus compañeros, su valor terminó por quebrarse y se rindieron. El combate había terminado y nuestros aventureros tenían en sus manos a Talhar y a uno de sus hombres, habían liberado a Jessil y habían terminado con al menos cuatro bandidos más. Estaban listos para cobrar la recompensa.
No les costó mucho llegar a Lagodiamante, pensando ya en volver a Rappan Athuk y tratar de recuperar los restos de su compañera Luel...
Una auténtica lástima lo de Luel, era un PNJ muy querido de los Valientes de Volkas ¿Era jugador aquí o seguía siendo PNJ? Y por fin tienen éxito en una misión, espero que les den su merecida recompensa por el bandido.
ResponderEliminarEmpezó como PNJ para introducir la primera misión del nuevo grupo, pero a la segunda sesión le cedí el personaje a un jugador nuevo. No sé si Luel era muy querida por el resto de jugadores, pero por mi sí. Que le vamos a hacer, así es la vida del aventurero :)
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